Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es
Joseph Fouche (1759-1832)
Que Eduardo Tena haya vuelto a ganar en las elecciones por la dirigencia del Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana, no es sorpresa: los dictadores se aseguran de tejer el entramado necesario para no entregar el poder, a menos que ellos mismos decidan hacerlo.
No es sorpresa, pero sí es lamentable, o por mejor decir, es vergonzoso: Tena representa la anti democracia y el sindicalismo prostituido, el que aplasta, el que barre por las buenas o las malas, casi siempre por las malas, con toda la cauda de corrupción que es obligada para asegurarse el éxito, particularmente en periodos de elecciones, que para efectos reales, se vuelven un circo en el caso del SUEUM.
Tena se ha adueñado del sindicato con base en una táctica infalible: le ha conseguido a los empleados de la Universidad salarios y canonjías laborales desmesurados, estratosféricos, que hacen que aquellos lo idolatren.
El problema es que lo ha hecho llevando a la quiebra a la Universidad, engordando la planta de trabajadores a grado extremo e irracional, sólo para hacer más fuerte a su sindicato, proceso en el que la corrupción, a través de la venta de plazas, ha sido la constante.
Para ello, ha doblado a cuanto rector se le ha puesto enfrente, vía el chantaje y la presión; a cada uno, desde Jaime Hernández a Medardo Serna, los ha arrinconado y sometido, ninguno ha escapado a su opresión, arrancándoles las plazas que ha querido, sin justificación alguna, y obligándolos a firmar contratos colectivos verdaderamente leoninos.
Con el actual rector, Tena se topó en un principio con pared, pero rápido logró meterlo en cintura y Serna come hoy en la mano del líder sindical.
Estudios de eficiencia laboral de la propia Universidad, concluyen que la institución trabajaría bien, incluso mejor, con apenas la tercera parte de su plantilla no docente, es decir, que mantiene como parásitos a dos de cada tres empleados; esa es la mejor prueba del poderío de Tena, amén de los súper salarios y prebendas que les ha conseguido, sin que jamás haya encontrado límite a su voracidad con ningún rector.
Por eso no extraña que Tena arrase otra vez en las elecciones por la dirigencia del SUEUM, porque además en mucho se parece a la época del partido de estado, donde el PRI era partido, era gobierno y era el organismo que organizaba y calificaba las elecciones para proclamarse asimismo el ganador.
No es sorpresiva, pero sí lamentable la reelección de Tena al frente del depredador sindicato de empleados; es un hecho que a éstos les espera otra época de lujos, pero a la Universidad le esperan años de más corrupción laboral y de agravamiento de su ya de por sí gravísima crisis financiera. Por eso la Universidad está como está.
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