No desgasta el poder; lo que desgasta es no tenerlo
Giulio Andreotti (1919-2013) Político y periodista italiano
Giulianna Bugarini deja las filas silvanistas para sumarse a las morenistas, práctica común en no pocos perredistas al suponer, muy probablemente con razón, que hay más futuro en éstas últimas.
Cambiar de barco, laboralmente hablando, no es cuestionable. Sí lo es, en cambio, no tener el valor para decir sin ambages ni frases rebuscadas la verdadera razón: Bugarini argumenta que en Morena pretende llenar sus “convicciones políticas”.
Si busca eso, quiere decir que el gobierno de Silvano Aureoles no cubría esas convicciones políticas, luego entonces ¿para qué aceptó incorporarse a él? Asegura que es militante de Morena desde 2013, ¿por qué entonces aceptó trabajar en un gobierno de un partido opositor al suyo? En el escenario menos rudo, habría que decir que eso es incongruencia ética, más que política.
Mis convicciones ya no se encontraban en el PRD, dijo este lunes en la conferencia de prensa de Sergio Pimentel, dirigente de Morena en la entidad, para justificar su separación del gobierno silvanista y el arribo a la 4T, ya de manera abierta. Es de suponerse que a la hora de cobrar sus bien remuneradas quincenas como secretaria de los Jóvenes del gobierno de Aureoles, sus convicciones pasaban a segundo término, lo mismo que como directora de Formación Inicial y Profesionalización Docente.
Si Giulianna Bugarini dijera abiertamente que ve más futuro en la 4T que en el gobierno de Aureoles o en el PRD, no habría problema, es válido buscar nuevos horizontes, pero muy al estilo de la izquierda trasnochada de la que está lleno Morena, se va por el clásico “me voy por convicciones políticas”, el argumento trillado y demagógico que emplean los cientos o miles de perredistas tránsfugas con destino a Morena, para justificar su cambio de barco.
Cierto, su caso no es el primero ni será el último, pero llama la atención que como secretaria de Jóvenes clamara a los cuatro vientos loas a Silvano Aureoles. Y curioso también que al perfilarse el fin de la administración silvanista, Giulianna descubra que sus convicciones políticas están en la acera de enfrente. Claro, que se aproxime el 2021 y que Morena suponga que ganar la gubernatura es cosa de coser y cantar, es mera coincidencia en la decisión de ella.
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