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martes, julio 22, 2025

GUARDIA CIVIL, ¿CAMBIO DE MEMBRETE O DE FONDO?

Ser impopular nunca es fácil, aunque serlo por una buena causa es una garantía frente a la desesperación

Roger Scruton (1944-2020) Filósofo británico

 

jaimelopezDe fondo, no de fachada, deberá ser el cambio en las fuerzas armadas michoacanas y en las políticas públicas contra la inseguridad, en el marco de la cancelación de la Policía Estatal y el surgimiento de la Guardia Civil, si en verdad se quiere mejorar su labor y, por ende, reducir los espeluznante niveles de violencia y criminalidad en que está sumergida la entidad.

Este lunes inició operaciones dicha corporación, con la que, en teoría, se pretende mejorar la eficacia de las tareas de combate a la inseguridad en el estado. En el discurso suena bien, la materialización de dichos objetivos, suena complejo a más no poder.

Es de esperarse que el secretario de Seguridad, el general José Alfredo Ortega Reyes, sepa lo que hace, pero es natural el recelo, básicamente en dos vertientes: una, que la sustitución de la Policía Estatal por una Guardia Civil, solo sea una obligada adecuación tropicalizada de la que el gobierno cuatroteísta realizó en el caso de la Policía Federal, sustituida por la Guardia Nacional; y dos, que solo responda al eterno y casi siempre nefasto criterio de todo gobierno, de que debe borrarse todo vestigio del pasado y empezar de cero.

Por tratarse de un tema de altísimo nivel de relevancia, es deseable que ninguno de esos factores haya incidido en la creación de la Guardia Civil Estatal, y que solo responda a una estrategia profesionalmente diseñada para mejorar las políticas públicas en materia de seguridad pública. Empero, que los mismos elementos pasen de un organismo a otro de manera automática, que sigan los mismos mandos, que se mantenga la vinculación con los abrazos a los delincuentes impulsada por la Federación, y que no parezca variar de fondo el fenómeno de ausencia de protocolos para combatir la corrupción al interior de la corporación, son factores que obligan al recelo.

En todo caso, es válido el beneficio de la duda. El tiempo dirá qué tanto fue este un cambio meramente cosmético, o si fue en realidad de fondo. Deseable que sea lo segundo, porque Michoacán llegó al límite de la tolerancia con la criminalidad y la inseguridad. Veremos.

twitter@jaimelopezmtz

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