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domingo, mayo 4, 2025

HA LUGAR

Muchas son las leyes en un estado corrompido

Tácito (55-115). Historiador romano

 

jaimelopezA trompicones y justo al cuarto para las doce, pero por fin este domingo se logró reunir el número de diputados suficiente para avanzar en la demanda que el Centro Michoacano de Evaluación (Cemide) planteó, para instaurar un juicio político en contra del Auditor Superior de Michoacán, José Luis López Salgado, por una serie de presuntas irregularidades en el ejercicio de su función, particularmente relacionadas con no acatar una instrucción que le dio el propio Congreso del Estado, para que auditara el manejo de la contratación y aplicación de un crédito bancario al gobierno del estado.

Juntas, las dos comisiones que injerencia en el asunto, la de Gobernación y la de Puntos Constitucionales, apenas dieron el quórum para hacer avanzar dicha solicitud, y este domingo la tercera fue la vencida. Cuatro de diez diputados perredistas dieron la pelea hasta el fin, en aras de garantizar impunidad a López Salgado, pero los otros seis de los demás partidos hicieron el margen mínimo para ir por el juicio político.

Independientemente de la afinidad y solidaridad partidista, no es fácil de entender por qué  Antonio García Conejo, Manuel López Meléndez, Ángel Cedillo Hernández y Jeovanna Alcántar Baca, los cuatro perredistas, pretendieron volver a boicotear la sesión dominical de sus comisiones, con su inasistencia. De haberlo logrado, el juicio político al auditor habría quedado por siempre desechado. Afortunadamente, los otros seis sí se presentaron y votaron a favor de la solicitud de Cemide.

Si en comisiones la bancada perredista dio la batalla por la impunidad para López Salgado, es de esperarse que en las siguientes etapas se mantenga en la misma tesitura, al margen del ridículo al que se arriesgan y el sospechosismo que la actitud despierta.

La información, dicen, es poder. Eso es indudable, pero ¿será tanto el poder acumulado por el auditor en los casi siete años que lleva como tal, o tanta la información de la que dispone, que al menos sus correligionarios de partido le temen, al grado de hacer cuando está a su alcance por brindarle impunidad? Sólo una palabra define la actitud perredista: temor.

El problema, claro, no es que alguien amague con tener información para aniquilar a otro, sino que en efecto la “víctima” tenga motivos para temer, porque su paso por el servicio público ha ido de la mano de la corrupción, en cualquier acepción que se le pretenda dar a este término.

Es evidente que ese temor deberá ser generalizado en la mayor parte de los diputados, no solo entre los perredistas, pero por alguna razón es probable que el resto de las bancadas haya tomado la decisión de, al precio que sea, confrontar al auditor, el eternamente insubordinado auditor, el siempre autónomo auditor.

Lo deseable, ahora, es que si ya se conoce que la bancada perredista seguirá haciendo fuerza en pro de la impunidad a favor de López Salgado, las otras no bajen la guardia y se mantengan en la misma línea de ir hasta el fondo del espinoso asunto. Ya se dio el famoso “ha lugar”, que en buen cristiano significa únicamente “adelante”, ahora acaso venga la presión más grande aun para priistas y panistas. Veremos de qué están hechos ambos.

jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>

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