La primera obligación de un gobierno es hacer justicia legal y empeñarse en proteger con la justicia social:
Francisco Bulnes (1847-1924) Político mexicano
Hace justo dos años Hipólito Mora era ejecutado en su pueblo, La Ruana, Tepalcatepec, en el corazón del infierno conocido como tierra caliente michoacana.
Hipólito fue quizá el más genuino de los forjadores de las llamadas autodefensas, como una reacción de hombría y vergüenza ante la inacción, o incluso colusión del poder público con la criminalidad, particularmente con el entonces cártel de la Familia Michoacana y su derivación en el de los Caballeros Templarios. Probablemente solo José Manuel Mireles podría ser incluido también en ese nivel.
Hipólito no ha sido ubicado aún en el sitio histórico que merece: tuvo las agallas de encabezar una resistencia ciudadana ante el empoderamiento criminal. Mientras los gobiernos de todos los niveles volvían la mirada a otro lado, o cuando de plano se coludían con los cárteles, Mora tuvo los arrestos de iniciar una cruzada que salió en defensa de los mujeres violadas y esclavizadas en la tierra caliente, de los jóvenes reclutados por la fuerza, y de los ganaderos, comerciantes y agricultores sometidos. Cuando ninguno de todos ellos contaba ni con el presidente de la república, ni con el gobernador ni muchos con los alcaldes de la región, emergió como luz al final del túnel la figura de Mora.
Su hijo fue acribillado por los narcos y ni eso le hizo retroceder. Las autodefensas lograron contener, así haya sido temporal y relativamente, el avance criminal. Lamentablemente no le alcanzó a las autodefensas, porque nunca le iba a alcanzar teniendo de adversario no solo a los criminales, sino al mismo poder público. Así, imposible.
Empero, la estatura de Hipólito Mora sirvió como legado de vergüenza y pudor civil frente a la criminal espalda que le da a la sociedad el poder público. Literalmente, con su vida lo pagó.
Es momento de comenzar a darle el peso histórico que justificadamente se ha ganado. Con la facilidad con que en México erigimos héroes de papel, a otros que sí lo merecen, como él, les regateamos ese estatus. Hoy en tiempos cuatroteístas hay resistencia a reconocer esos valores civiles. Pero la historia en algún momento lo hará. Hipólito Mora es un héroe. Punto. X @jaimelopezmtz