La prensa es el dedo indicador de la ruta del progreso
Víctor Hugo (1802-1885) Poeta francés
No hay mucha claridad en lo que busca el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla al absorber para sí, a través de su oficina, la Coordinación de Comunicación Social de su gobierno.
Se infiere que el ahorro de recursos presupuestarios, vía la compactación de áreas, puede ser el principal argumento del gobernador para tomar tal determinación. Es válido, pero creo que insuficiente. Otro, que directamente él quiere hacerse cargo de la Comunicación Social, lo que podría medianamente entenderse si tuviera experiencia en esas lides y el tiempo disponible para ello. Claramente, ni una cosa ni la otra.
Tengo la impresión de que Bedolla actúa de buena fe, pensando en reducir el costo burocrático de esa tarea y que al absorberla quiere enviar una señal al sector y a la opinión pública en general, de la importancia que le dará a la Comunicación Social: tanta, que él mismo la atenderá.
Empero, es altamente probable que sobre la marcha se dé cuenta que no fue la mejor decisión desaparecer como Unidad Programática Presupuestal e incorporar a su oficina a la CCS. Primero, porque el ahorro que tendrá será ínfimo al reducir quizá una o dos direcciones y alguna que otra jefatura de departamento o asesoría. Nada que impacte en el gasto corriente, porque el grueso de éste está orientado al salario y prestaciones del personal de base, que es inamovible.
Segundo, porque la señal que envía el gobernador no es la que acaso él supone, y más bien corre el riesgo de que sea justo la contraria: puede interpretarse como un desdén de su parte hacia los medios de comunicación y, lo más importante, hacia la opinión pública, o sea, hacia la ciudadanía, al reducir a su mínima expresión la oficina que tiene como principal función precisamente la generación de estrategias de comunicación con la sociedad. No en balde sigue siendo válida aquella premisa de que gobernar es comunicar.
Pero además, es evidente que un gobernador no tiene el tiempo para hacerse cargo de esa tarea, menos en una entidad en la que la inseguridad, la criminalidad, la crisis financiera, el caos educativo, la pandemia, y mil rubros más, demandan el tiempo completo de un gobernador. Él puede, y debe, coordinar todas las tareas, no responsabilizarse de cada una en particular. La comunicación social exige de profesionales de tiempo completo, si lo que se quiere son resultados, claro.
Veo cierta precipitación en la medida tomada por Ramírez Bedolla, aunque solo el tiempo lo corroborará. Con franqueza, espero que le dé resultados, aunque lo veo difícil. Veremos.
twitter@jaimelopezmtz