Para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión
Paul Auster (1947-?). Novelista estadounidense
Como casi todos los organismos públicos michoacanos, el Instituto Electoral de Michoacán resintió un fuerte ajuste a la baja en su presupuesto para este año, en relación al que solicitaba originalmente.
De 654 millones de pesos que demandaba para encarar el proceso electoral, entre el Ejecutivo y el Legislativo decidieron autorizarle “solamente” 568, es decir, un 20 por ciento menos, lo que significa, a juicio de su presidente, Ramón Hernández Reyes, que puede estar en riesgo la operación, aunque no la elección en sí misma.
Hernández se refiere a los problemas que habrá para la “operación” del IEM, como pago de bonos y de servicios. Empero, asegura que el gasto relativo a la organización y calificación del proceso electoral, así como las prerrogativas para los partidos políticos, están garantizados, pese al ajuste presupuestario. A prerrogativas irán 250 millones, y 320 al llamado gasto irreductible
Es entendible el recorte, habida cuenta que lo hubo para casi todas las estructuras del servicio público en la entidad, incluidas desde luego las autónomas, como el propio IEM. Sin embargo, como también ocurre en casi todas ellas, el instituto bien podría ayudarse a sí mismo, por ejemplo dejando de pagar el inmoral salario, o “iguala” o como técnicamente se le denomine, destinado a los representantes de los partidos políticos ante el Consejo General.
Se trata de un rubro que no se encuentra incluido oficialmente en el presupuesto, pero que religiosamente se cubre quincena con quincena: a cada representante partidista se le entrega su “dieta”. ¿Cómo a honras de qué es ese pago, si se supone que se trata de representantes de partidos, es decir, que éstos debieran pagarles por cumplir esa función? Pues se explica sólo como una prebenda inmoral, amén de ilegal.
Cierto, el IEM fue particularmente castigado en el ajuste presupuestal, sobre todo si se toma en cuenta que a su contraparte nacional, el INE, el recorte fue de solo cuatro por ciento en relación a lo contemplado originalmente.
Probablemente no sean millones de pesos los que se ahorraría el IEM si deja de pagar esas dietas, pero sí enviaría una señal de congruencia y de sensatez en el marco de problemas económicos. Tan fácil como que no puede el instituto quejarse por la reducción presupuestaria, si mantiene dietas fuera de la ley para representantes partidistas. ¿O sí? jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz