La primera riqueza es la salud
Ralph Waldo Emerson (1803-1882) Filósofo norteamericano
La delegación michoacana del Instituto Mexicano del Seguro Social tiene nueva cabeza: María Luisa Rodea Pimentel.
Ella fue designada para el cargo en un proceso en apariencia “democrático”, una especie de licitación de personal en la que se anotaron para participar todos los empleados del IMSS que consideraron tener los méritos para ser delegados, y que incluyó exámenes de conocimientos sobre la institución; en teoría, la dama resultó la mejor calificada de las aspirantes. Ese mismo procedimiento fue la base para designar a todos los delegados estatales del organismo.
El mecanismo se inscribe en la política lopez obradorista de que la misión principal, sino es que la única, de todas las oficinas gubernamentales en la 4T, es combatir la corrupción y acabar por tanto con las designaciones “por dedazo” de los funcionarios de primer nivel; de hecho, el IMSS es una especie de conejillo de indias en esa “estrategia”.
No suena mal, desde luego, todo esfuerzo por combatir la corrupción, que en el IMSS, como prácticamente en cualquier dependencia gubernamental, es una constante histórica. Suponiendo, sin conceder, que Rodea Pimental esté decidida a terminar con la corrupción en el instituto, surge empero la interrogante de si aún si lo consiguiera, eso sería suficiente para que cumpla sus objetivos básicos, referidos obviamente a alcanzar una cobertura en calidad y cantidad suficientes para su población derechohabiente.
Para quienes creemos que en el sector salud al frente debieran estar expertos en la definición de políticas públicas justamente en ese rubro, el de la salud, no de cualquier tipo de especialidades en medicina, no queda sino alarmarnos y dudar que Rodea Pimental sea el perfil ideal. Ella es licenciada en Enfermería, que justificaría, si reúne otro tipo de condiciones, que tuviera una responsabilidad importante pero en su ramo, nunca nada más y nada menos que como delegada, donde se supone que debiera haber un especialista, insisto, que diseñe, ejecute y evalúe políticas gubernamentales de gran calado, con una visión amplísima e integral de la salud pública; algo así como Diana Carpio Ríos, la secretaria de Salud en el estado.
Me parece que la innovación de la 4T, de experimentar en el IMSS cómo sale eso de jugar a la meritocracia, pero sin soportes de orden profesional y cualitativo, puede resultar cara en términos de la atención a su población amparada. Es deseable que la nueva delegada termine con la corrupción. Magnífico si así fuera, pero su preparación parece absolutamente insuficiente para el grado de complejidad y trascendencia que tiene la labor que desarrolla el IMSS. Es, lamentablemente, otra medida demagógica y populista del gobierno lopez obradorista. Si no, al tiempo. twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com