Los políticos son siempre lo mismo: prometen construir un puente aunque no haya río
Nikita Jrushchov (1894-1971) Político soviético
Un episodio ocurrido en el IMSS esta semana es sólo un botón de muestra de la tragedia que significa enfermar de covid en México, sobre todo para derechohabientes de ese instituto, aunque lo mismo opera desde luego para los del ISSSTE y para la población abierta que recurre a nosocomios oficiales.
Un paciente fue “atendido” en el IMSS de Charo con claros síntomas de covid, pero se le dio un manejo absolutamente irresponsable y propio de improvisados: al día siguiente, sin avisar a ninguno de sus familiares, fue trasladado a la unidad de Camelinas, donde fue reportado como “estable”, pero unas horas después moría. Así, sin más, sólo murió y punto, aunque las penurias no terminaban ahí: su cuerpo, luego de tres días, no ha sido cremado aún, “porque delante de él hay cuarenta cadáveres para ser cremados”, según el parte protocolario.
Y la tragedia seguía: su esposa, también contagiada de covid, pero además enferma desde antes de un mal crónico, no ha podido ser hospitalizada porque ya no hay lugar, pero tampoco se le atiende de su otra enfermedad, porque el IMSS ha cancelado prácticamente todos los demás tratamientos ajenos a la pandemia.
Tragedia tras tragedia. Catástrofe tras catástrofe.
El IMSS nunca ha sido un modelo de institución médica, eso está claro. Sus debilidades no nacieron con este gobierno. Pero también es claro que jamás había llegado al nivel de improvisación, de falta de mandos preparados, y de irresponsabilidades, como ahora.
La criminal política lopez obradorista de designar a “honestos” en los cargos de primer nivel y de alta responsabilidad en el servicio público, no importando que no tengan el menor conocimiento o experiencia, está cobrando factura, que en el caso del IMSS, se cobra con vidas humanas.
El instituto no es dirigido ya por un experto en políticas públicas en salud, algún epidemiólogo de prestigio, o un científico reconocido; vaya, ni siquiera por un eficaz administrador. Es “dirigido”, aunque eso de dirigido es un decir, por Zoé Robledo Aburto, que es licenciado en ciencias políticas y que en su vida había tenido roce alguno con temas de salud. Y en Michoacán, la delegación está en manos de ¡una enfermera! de nombre María Luisa Rodea Pimental, designada casi por tómbola: se inscribió como aspirante al cargo junto con varias decenas de personas más y fue electa en un proceso del que nadie supo características. Algo así de opaco como la elección de candidatos en Morena.
Y no es por menospreciar el trabajo de una enfermera, pero dirigir a una institución de la envergadura del Seguro, requiere algo más que buena voluntad, y más, en medio de una pandemia. El desastre que es hoy el IMSS en Michoacán, lo prueba.
Así, es casi lógico que las tragedias como la que vive la familia de Sandra, se repliquen una y otra vez, cada vez con más frecuencia y drasticidad. Es el peor IMSS, en el peor momento. Es el IMSS de cuarta.
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