La política depende de los políticos, más o menos como el tiempo depende de los astrónomos
Remy de Gormont (1858-1915) Novelista francés
Habrá que admitir que organizar la Feria michoacana bajo un nuevo formato, que incluye un escenario inédito, ha sido una decisión polémica pero, me parece, la menos mala dentro del escaso margen de posibilidades que había.
No es lo ideal, y es de esperarse que hacerla en el Centro de Convenciones sólo sea por este año, porque en la balanza parecen muchos más los negativos. Pero si nos atenemos a las circunstancias, era la única salida por ahora.
¿Y cuáles son esas circunstancias? Bueno, pues básicamente la necesidad de reactivar la alicaída economía local, y la Feria es una buena alternativa para ello, sobre todo tras dos años de ausencia debido a la pandemia. Pero había un impedimento: imposible organizarla en las instalaciones de Charo, en virtud de su grave deterioro y la imposibilidad de contar con los recursos económicos por parte del gobierno del estado para rehabilitarlas.
La disyuntiva era clara: otro año sin el evento, o hacerlo con otro cariz y en otro escenario, aunque fuera improvisado. El gobernador Ramírez Bedolla optó, me parece, por lo sensato.
Cierto, es evidente que operar la Feria en el Centro de Convenciones no es lo óptimo, pero es lo que hay. No es lo deseable, pero es lo posible. Buena decisión reducirla a las exposiciones artesanales, comerciales, empresariales y culturales, soslayando eventos artísticos y ganaderos imposibles de incluir. Es de esperarse que la logística ayude a que el impacto para los vecinos sea el menor posible.
Pero el gobierno debe, desde ahora, comenzar a proyectar el evento a partir del próximo año y a futuro. Primero, debe olvidarse ya de las instalaciones de Charo, por el peligro y la incomodidad que representan para la zona de hospitales, que obviamente tienen preferencia. Segundo, tampoco puede suponer que el Centro de Convenciones sea sede definitiva. Por tanto, debe pensar en otra alternativa, que bien puede ser utilizar las plazas públicas de la ciudad para organizar ahí las diferentes exposiciones y eventos. Algo similar a Aguascalientes, por ejemplo.
Ello conlleva varios beneficios: reduce aglomeraciones al ser varias las sedes; por lo mismo la afectación a vecinos será mucho menor; al no requerir instalaciones ex profeso, se abaten costos. Eso sí, al ser espacios públicos el acceso sería gratuito, pero el gobierno no debe ver el evento como un negocio propio, en todo caso sí de comerciantes y artesanos.
En fin, es una opción. Con suficiente tiempo de preparación, es de esperarse que el gobierno analice con calma varias alternativas. Veremos.