Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible; los políticos en hacer lo posible, imposible
Bertrand Russell (1872-1979) Escritor británico
La Guardia Nacional tiene dos meses operando, tiene dos meses con presencia en las principales ciudades del estado y tiene dos meses haciéndonos creer que era la solución a los problemas de violencia, criminalidad e inseguridad; hoy, queda claro que es un bodrio sin pies ni cabeza, un pesado ente burocrático que no tiene ni idea de qué hacer para contener ese escenario y, cada vez estoy más convencido, aun cuando la tuviera, sin la voluntad para hacerlo.
El dantesco episodio de Uruapan, este jueves, con diecinueve cadáveres colgados y tirados en la vía pública, muchos desmembrados, no hace sino confirmar que con Guardia Nacional o sin ella, la situación es exactamente la misma.
Es obvio que durante un buen rato de la madrugada del jueves, varios vehículos tuvieron que andar movilizándose por las calles uruapenses, transportando casi dos docenas de cadáveres; de haber una estrategia de la Guardia Nacional, obviamente ésta tendría como uno de sus pivotes, esquemas de patrullaje día y noche, incluida la revisión de todas las unidades sospechosas, y ello bien pudo detectar a tiempo el movimiento de los integrantes del crimen organizado esa madrugada.
¿Qué estaban haciendo los efectivos de la Guardia en las primeras horas del jueves? Supongo que durmiendo.
En esa lógica, me parece que por fin debemos comenzar a creerle al presidente López Obrador, que ciertamente con toda oportunidad, como para que nadie se dijera sorprendido, que lo que nos anunció a principios de año, en el sentido de que no emprendería una cacería por ninguno de los grandes capos del crimen organizado, sino que toda su estrategia se basaba en el amor y paz entre los mexicanos, en el abrazos, no balazos, es real.
Muchos tomamos a gracejada esa advertencia, pero a la luz de la realidad, comienza a quedar claro que hablaba con toda seriedad y convencimiento; eso explicaría entonces porqué la afamada Guardia Nacional ni suda ni se acongoja ante el escenario de ejecuciones y violencia, en este caso en Uruapan, pero seguro es el mismo molde en todo el país, y sigue enfocada en pasar por la báscula a los borrachitos en las plazas públicas, en lugar de andar tras los delincuentes de verdad.
Si, como todo apunta, ese será el papel de la Guardia, pues mejor saberlo y obrar en consecuencia
Claramente, y como ha sido la constante en su gobierno, también en el rubro de la seguridad López Obrador está decidido a desmantelar todo lo que venga del “pasado corrupto”, con los riesgos que ya vemos, como Uruapan, por ejemplo.
Ni modo, habrá que esperar a que su llamado de amor y paz dé fruto, porque de la Guardia Nacional francamente no podemos esperar nada.
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