La política es demasiado seria como para dejarla en manos de los políticos
Charles de Gaulle (1890-1970) Presidente de Francia
Solo plantear la posibilidad de que haya desfile el 30 de septiembre, suena a una absoluta insensatez, a una irresponsabilidad mayúscula.
Pero al menos hasta este jueves, se seguía cabildeando dicha posibilidad, alimentada por la muy probable presencia del presidente López Obrador, que estaría en Morelia ese día para encabezar los festejos por el aniversario del natalicio de Morelos. El presidente, ya se sabe, es un incrédulo de la pandemia, un necio que se resiste a respetar los protocolos sanitarios y además decidido a aparentar que todo ha vuelto a la normalidad, que México domó la pandemia y que incluso, si podamos organizar un desfile, es una muestra inequívoca de ello. Mejor, claro, si él lo preside.
En esa lógica, y pese a que las autoridades locales, la estatal y las dos municipales, se han conducido en términos generales con sensatez y prudencia ante la pandemia, comenzó en los últimos días a verse con viabilidad la organización del desfile tradicional del 30, que el año anterior responsablemente se canceló, lo que solo tiene una explicación: «quedar bien» con López Obrador, así no sean de Morena ninguno de los dos gobiernos locales.
Este jueves, el alcalde Alfonso Martínez me aseguró que la decisión definitiva es que no haya desfile. Menos mal. Solo en la jornada previa, 51 michoacanos perdieron la vida por el covid. Sí, la espeluznante cifra de 51 se registró el miércoles. Son números en el mismo nivel en el que nos encontrábamos hace un año, en los picos más pronunciados de la pandemia. Es una estupidez pensar en organizar un desfile en el que sin duda se concentrarían miles de personas. Aquello sería un hervidero del virus propagándose a diestra y siniestra. Todo, porque viene el presidente.
Pues que venga, pero que se ajuste a los protocolos científicos y de mero sentido común ante la pandemia. El acto oficial solo con los funcionarios de rigor, sin público, y se acabó. No más.
Es de esperarse que no le hagan manita de puerco a Martínez Alcázar o que éste no se la deje hacer, y se mantenga en su postura, como máxima autoridad en la capital, de que el desfile queda para mejor ocasión. Veremos.
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