Los pueblos a los que no se les hace justicia, se la toman por sí mismos tarde o temprano:
Voltaire (1694-1778) Filósofo francés
La irresponsabilidad con que habla Claudia Sheinbaum comienza a ser un factor de preocupación al más alto nivel. En aras de querer ser políticamente correcta o de decir lo que sus auditorios quieren que diga, o que ella asi lo cree, sus lances verbales están cobrando factura en diferentes vertientes.
Solo dos ejemplos que evidencian su falta de oficio político y la imprudencia con que suele manejarse en mensajes públicos:
En campaña, comprometió ante el magisterio nacional derogar el actual sistema de pensiones para sus integrantes, para volver al modelo ochentero, en el cual la pensión íntegra corría por cuenta del gobierno. Cuando ya como presidenta se dio cuenta de la barbaridad que ofreció a los maestros, y que cumplirla sería llevar a la quiebra a las finanzas públicas, aceptó su yerro y metió reversa, pero el mal ya estaba hecho: con el pretexto de ese compromiso, el cártel de la CNTE tiene en vilo a la mitad del país con sus movilizaciones, vandalismo y violencia exacerbada.
Y apenas la semana pasada, Sheinbaum tuvo otro desliz que bien puede acarrear consecuencias trágicas: le advirtió a Estados Unidos que los mexicanos en ese país se “movilizarían” si Donald Trump no reculaba en su decisión de gravar el envío de remesas.
¿Qué significa “movilizarse”? Lo que cada quien quiera entender: en grupos civilizados puede ser por ejemplo una marcha pacífica, pero entre hordas que no han descendido del árbol, como muchas de las afines a la 4T, puede ser el llamado de la lideresa a empuñar las armas, literalmente, a destruir patrullas, a vandalizar.
Y otra vez a dar marcha atrás: al ver Sheinbaum la violencia desatada en Los Ángeles por la comunidad mexicana, y que está provocando la represión policiaca y militar, supongo que tuvo un cargo de consciencia y advirtió este lunes no estar de acuerdo con los hechos de vandalismo y violencia. También muy tarde: las redadas han subido de tono porque la violencia parece incontrolable.
En los dos casos, la irresponsabilidad de la presidenta ha cobrado facturas elevadísimas. Si tiene problemas en la conexión cerebro-lengua, una dosis de prudencia le sentaría bien. Medir las palabras es cualidad de estadistas. Claramente ella no lo es, pero tampoco es tan complejo lograrlo. Si con esos dos casos no se convence de la importancia de no ser irresponsable en el hablar, estamos en un verdadero problema.
X@jaimelopezmtz
