En todos los hombres está presente la corrupción: sólo es una cuestión de cantidades
Carlo Dossi (1849-1910) Escritor italiano
Es un hecho: las secretarías de Salud de los estados ya no disponen de ningún tipo de vacuna contra el covid, que no sea la cubana Abdala. Ello representa la más vil de las miserias de Andrés Manuel López Obrador, y vaya que son muchas manifestaciones en ese sentido que ha exhibido a lo largo de su gobierno.
La Secretaría de Salud federal, a cargo del doctor muerte Hugo López Gatell, está distribuyendo a los estados únicamente Abdala, que no tiene reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud y que, está probado por especialistas, solo protege contra la cepa original del Covid-19, no contra ninguna de sus variantes, y éstas son las que hoy están circulando por el mundo, no aquella. Es decir, es una vacuna inservible. No que sea contraproducente, pero no tiene ninguna utilidad. Ponérsela o no es exactamente lo mismo.
Todo, porque el presidente decidió ayudar al gobierno cubano comprándole su vacuna, y así ahorrarse el dinero si hubiera adquirido las vacunas que sí sirven, Pfizer, Astra o Moderna. En este caso se combinó su criminal sentido de la austeridad con su arcaica pose ideológica. Combinación mortal.
No hay un rubro más importante a atender por un gobierno, que el de la salud a su población. No comprar las vacunas que sirven contra el Covid es simplemente sembrar el camino para que vuelvan las muertes este año en México, una vez que comience a pasar el efecto de la protección de las vacunas Pfizer, dado que ya no habrá refuerzo de ésta y, como se ha dicho, Abadla no sirve en ese sentido. Y por si fuera poco, López Obrador no autoriza que el sector empresarial compre las vacunas que sí sirven. Pocos mexicanos podrán acudir de nueva cuenta a Estados Unidos a vacunarse con efectividad. La gran mayoría, como en Venezuela, Nicaragua o Cuba, deberá resignarse a una vacuna patito.
Si López Obrador quería ayudar a la dictadura cubana, pudo haberle regalado el dinero bajo otro concepto, como seguir contratando médicos isleños que nadie ve por ningún lado, pero debió asegurar la compra de Pfizer para este año de nueva cuenta. No hacerlo para ahorrarse ese dinero, solo desnuda a un presidente al que no le queda otro calificativo que miserable. Las cosas, como son.
Y a la pesadilla ya sólo le quedan 610 días. Twitter @jaimelopezmtz