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miércoles, julio 23, 2025

LA PESADILLA LLAMADA ODEBRECHT

El primer signo de la corrupción en una sociedad que todavía está viva, es que el fin justifica los medios

Georges Bernanos (1888-1944) Novelista francés

jaimelopezEl presidente López Obrador ha afirmado que con la extradición de Emilio Lozoya a México, toda la corrupción de Odebrecht en México saldrá a la luz, se conocerán los involucrados y obviamente se castigará. Perfecto, eso es justo lo deseable.

Sólo que hay una duda: ¿será toda la corrupción de Odecrecht o únicamente la que salpicó y enredó a los opositores al presidente y a su 4T?

La interrogante tiene que ver con el hecho de que no solo Lozoya y el gobierno de Enrique Peña Nieto estarían presuntamente involucrados en hechos de corrupción con la firma brasileña, sino destacados y prominentes personajes ligados a la 4T.

Y es que si lo que el presidente prometió en verdad se cumplirá, personajes como Lázaro Cárdenas Batel, su flamante coordinador de asesores, y Leonel Godoy Rangel, seguro tendrán en este momento problemas para conciliar el sueño: la llegada de Odebrecht a México se dio de la mano del nieto del general Cárdenas.

En efecto, mucho antes de la relación aparentemente perversa entre la firma sudamericana y el equipo de campaña de Peña Nieto, con Lozoya a la cabeza, aquella ya había echado raíces en México, particularmente en Michoacán, dado que le fue entregada, sin licitar, sino por asignación directa, la construcción de la presa Francisco J. Múgica, en la tierra caliente, por decisión directa del gobernador Cárdenas Batel. Dado que la empresa no concluyó la presa en la administración de éste, fue su sucesor, Leonel Godoy, quien le dio seguimiento.

Son de dominio público las irregularidades en la obra, comenzando por la asignación directa del gobierno estatal, y siguiendo con que costó más del doble de lo acordado originalmente, y que Conagua se negó por años a recibirla por serias deficiencias técnicas en su construcción. Están acreditadas transferencias de dinero a funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del batelismo y del godoyismo por parte de Odebrecht, pero como Batel se cuidó de no emplear dinero federal en la obra, solo estatal, la Auditoría Superior de la Federación nunca se involucró en tareas de supervisión del manejo de los recursos. Lo hizo la Auditoría Estatal, pero ya se sabe que ésta y la carabina de Ambrosio, es justo lo mismo.

El Sistema Estatal Anticorrupción se negó todavía hace un año a revisar las sospechas de corrupción de Odecrechet en la construcción de la obra.

Por eso, ahora que, según lo comprometido por López Obrador, toda la acción corruptora de la firma brasileña en nuestro país saldrá a la luz, no queda sino aplaudir, aunque ni Batel ni Godoy estarán con ánimo de hacerlo, supongo. A menos, claro, que confíen en que lo que se investigará será sólo la corrupción de los opositores a la 4T. Veremos. twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com

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