Los dones que provienen de la justicia son superiores a los que se originan de la caridad:
Khalil Gibran (1883-1931) Artista libanés
No es un exabrupto, un desliz o un “derrapón” verbal. Cuando Claudia Sheinbaum advierte que “eso no pasará en México”, al referirse al triunfo presidencial en Chile del ultra derechista José Antonio Kast, en realidad está anunciando que ella no va a permitir que pase algo similar. La presidenta habla desde lo más recóndito de su ser profundamente dictatorial.
La pregunta del reportero era de cajón y la primera parte de la respuesta de Sheinbaum era la políticamente correcta: al pedirle su opinión sobre el resultado de la elección chilena, no dudó en felicitar al triunfador, pese a ser opuesto en lo ideológico. No había necesidad de más. Con eso hubiera salido del paso y hasta demócrata podría haberse visto.
Pero vino la incontinencia verbal producto de su visión absolutamente dictatorial: pero eso – que gane la derecha- “no va a pasar en México”, dijo de manera tan innecesaria como ilustrativa, porque nadie le había preguntado eso.
¿Está aventurando un deseo, o una advertencia? Por supuesto lo segundo. Sheinbaum se asume como jefa de pandilla, no como estadista que, en el ejercicio del poder, debiera ser un modelo de democracia y de respeto a lo que decida el electorado.
En realidad, la presidenta nos habla desde el fondo de su corazón y de su mente para alertarnos que el único resultado electoral que reconocerá en el 27, será el triunfo de su 4T, y que hará lo que sea necesario para no ponerlo en riesgo, fáctica u ostensiblemente.
Dicen que el que avisa no es traidor y la científica está avisando desde ahora, sin rubor ni vergüenza alguna. Por lo menos hay sinceridad, que siempre se agradecerá. X@jaimelopezmtz
