La política es el departamento “espectáculos” de la industria
Frank Zappa (1940-?) Músico norteamericano
Parece una broma macabra para los panistas, los priístas y los perredistas, pero alguien que prácticamente ni campaña hace, los puede dejar fuera del Senado.
Blanca Piña es una dama respetable, pero para ella la campaña ha sido un día de campo, pero en sentido literal.
Los dos jóvenes priístas michoacanos que buscan el Senado, Xóchitl Ruíz y Antonio Ixtláhuac, no tienen suficiente con las 24 horas del día, van de arriba abajo, visitan tres o hasta cuatro municipios por jornada, y lo mismo hacen el perredista Antonio García Conejo y la panista Alma Mireya González que, como se sabe, van en alianza en la misma fórmula. Los cuatro ya recorrieron prácticamente todo el estado, encabezan mítines por aquí, reuniones con colonos por allá, con estructuras de sus partidos por más allá. Están en lo suyo, pues, como candidatos al Senado.
Empero, la señora Piña es todo un caso: no se conoce de gira, mitin o encuentro alguno en ninguna parte del estado, y si los ha tenido, habrá sido en total secrecía. Ella fue beneficiada con una candidatura al Senado por Morena, y está segura que sería una pérdida de tiempo –y dinero-invertir en hacer proselitismo, cuando lo que tiene que hacer es cobijarse en el manto protector de López Obrador y asunto arreglado.
La dama puede tirarse a la hamaca, de hecho así ha sucedido, y de todos modos sus posibilidades de ser senadora son las mismas que si hiciera intensísima campaña. En esa lógica, tiene sentido, pero no lo tiene, si nos atenemos a que, se supone, los legisladores deben conocer al menos a su electorado.
Vaya, hasta Cristóbal Arias, que no ha hecho tampoco precisamente campaña digna de ser copiada por nadie, trabaja más como compañero de fórmula que Piña. Influye, claro, que ella ya se siente senadora, de hecho lo es, y Arias requiere forzosamente que la fórmula gane la elección, porque si no él, como segundo de la fórmula, se queda fuera, aunque su compañera sí entre.
Bueno, con toda y esa campechana manera de “hacer campaña”, Piña pudiera tener más posibilidades de ser senadora que todos los otros nombrados, pese que éstos trabajen por el voto veinte mil veces más que Piña.
¿Es justo que así suceda? Supongo que no, pero depende el color con que se mire el fenómeno. Piña, sin mover un dedo, puede ser Senadora, y Xóchitl Ruiz, Antonio Ixtláhuac, Antonio García Conejo y Alma Mireya González, en actividad desaforada, pueden quedarse afuera.
Sí, es el efecto peje, pero también la apatía, el desinterés y la irresponsabilidad del elector michoacano, que no premia ni reconoce capacidades ni esfuerzos, sino que al votar con el hígado toma decisiones absurdas. Es probable que sea el caso michoacano. Veremos. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>