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domingo, agosto 3, 2025

LAS MAÑANITAS EN EL 10 DE MAYO

Un político divide a las personas en dos grupos: unos, instrumentos; otros, enemigos

Friedrich Nietzsche (1844-1900) Filósofo alemán

 

jaimelopezMuy en su estilo, el presidente López Obrador decidió festejar a las madres en “su” día, con un festival propio de escuela primaria de rancho. ¿Y si en lugar de eso, anuncia una política pública para respaldar la búsqueda de las decenas de miles de hijos desaparecidos en todo el país, como resultado de la inseguridad y la violencia desatadas cada vez más?

Al presidente lo único que se le ocurrió fue organizar en pleno Palacio Nacional un festival escolar por el Día de las Madres, pero la tragedia de la búsqueda de hijos, para no variar le pasó de noche. Su insensibilidad y trivialidad rayan en lo patológico.

Cierto, dicho fenómeno no es nuevo. Si bien siempre ha existido en México, es claro que comenzó a dejarse sentir en niveles alarmantes a partir de los ochenta, con la toma del control del país por los diferentes cárteles del crimen organizado. Ello tiene relación directa, porque la mayor parte de las desapariciones están vinculadas a la “leva” aplicada en muchas regiones por los criminales, obligando a jóvenes a incorporarse a sus filas, o matándolos cuando se resistían, o de plano los que tuvieron que huir sin dejar rastro por el mismo motivo. O bien se trata, también hay que decirlo, de jóvenes que forman parte de grupos criminales y que por miles han muerto en enfrentamientos con rivales o con las corporaciones militares o policiacas, sin que eso no signifique un dolor para sus madres, para sus familias.

A fin de cuentas, si bien toda la sociedad está inmersa en el peligro que significa vivir hoy en México, el sector juvenil es claramente el más propicio para ser devorado por la criminalidad. En un corte de caja en ese sentido, nuestra generación no resiste la evaluación más nimia. Como gobierno y como sociedad, tenemos una deuda histórica que se ve, al menos por ahora, imposible de saldar.

Por eso, lo menos que debiera esperarse del presidente este lunes, diez de mayo, habría sido un mensaje de solidaridad, de empatía con madres que no cesan en la búsqueda de sus hijos. Pero parece que eso es mucho pedir para una insensibilidad pétrea como la de López Obrador. Por eso también, anhelar que anunciara una acción gubernamental, no burocratizada, para secundar desde el gobierno a esas madres, sí parece una utopía.

Conformémonos con un festival. Afuera de Palacio, como simultáneamente en todo el país, miles de madres exigían ser respaldadas por el gobierno, siquiera escuchadas. Pero el presidente no pudo atenderlas, tenía que escuchar a Eugenia León cantar Las Mañanitas.

twitter@jaimelopezmtz

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