En Madrid estará permitido todo lo que no esté prohibido
Esperanza Aguirre (1952-?) Política española
Lección uno: la vacuna es lo que le sigue de vital. Es, simplemente, la diferencia entre la vida y la muerte. El natural recelo que había hace un año porque la vacuna comenzaba a aplicarse en el mundo pero aún en fase de experimentación, dada la emergencia sanitaria, hoy ha quedado sepultado por las evidencias. La vacuna salva vidas.
Los contagios se multiplican hoy de manera acelerada. Si en los peores picos de la pandemia los casos oficiales en México no significaban ni el veinte por ciento de los reales, hoy son cuando mucho el cinco, según cálculos de especialistas. Y ello tiene una explicación: el 95 por ciento de las personas que en este momento se infectan, ni siquiera se enteran, o si lo sospechan por cuadros de sintomatología, ya ni siquiera se hacen pruebas porque confían en que la vacuna les hará salir adelante sin mayores complicaciones.
Así que si ahora la autoridad sanitaria registra hasta quinientos casos diarios en Michoacán, bien podemos suponer que en realidad son hasta diez mil, pero casi nadie muere ya, ni siquiera tiene que ser hospitalizado. ¡Vivan los científicos!
Lección dos: no había ninguna necesidad de que el gobierno levantara la obligatoriedad del uso de cubre bocas. Muchos lo advertimos hace dos meses. Que el virus hoy prácticamente haya dejado de cobrar vidas, solo incluye a los vacunados, primero, y segundo, aun inmunizados no tiene ningún sentido enfermarnos solo por no usar cubre bocas. Ello tiene efectos en el terreno laboral, económico y familiar. En una sociedad tan ignorante como la nuestra, es contraproducente que el gobierno apele a la responsabilidad social. Debe ser tajante en sus medidas, sobre todo de tipo sanitario. Levantar la obligatoriedad del cubre bocas generó una señal implícita de que lo peor ya pasó, de que ya la libramos, de que la pandemia quedó atrás.
Conclusión en esta quinta ola: vacunémonos y sigamos usando cubre bocas, amén de las otras medidas preventivas que ya conocemos. Tan fácil como eso.
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