El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros:
Ambrose Gwinet Bierce (1842-1914) Escritor estadounidense
Claudia Sheinbaum está sufriendo en carne propia la irresponsabilidad con que se condujo como candidata presidencial. Que la CNTE la rete abiertamente a ver quién puede más, es producto, sí, del doctorado en chantajes y extorsiones que tienen los líderes centistas, pero también de que la presidenta anduvo ofreciendo lo que cada auditorio quería escuchar con tal de asegurarse votos. Y específicamente al cartel centista le ofreció regresar al sistema de jubilaciones y pensiones de hace cuarenta años, en que el gobierno asumía la carga completa de la pensión del maestro, sin que éste aportara un peso.
Ese compromiso de Sheinbaum se le está volviendo un boomerang, porque hoy no parece haber poder humano que contenga a las hordas de la CNTE.
En esa ocasión, en plena campaña, a Sheinbaum se le hizo fácil comprometer el retorno a ese escenario cien por ciento favorable al magisterio, pero injusto con los millones de trabajadores de otras áreas, públicas o privadas, que están a años luz de esas prebendas demenciales.
El problema es que ya Sheinbaum se convenció de que es absolutamente inviable ceder a las exigencias centistas. Tan fácil como que hacerlo llevaría al país a una crisis de insolvencia financiero. Es de esperarse que la presidenta se mantenga firme en su postura, aunque comienza a haber indicios de que planea ceder ante la extorsión centista.
Es lo malo de ir por la vida asumiendo compromisos que, a la hora de la verdad, no pueden cumplirse, so pena de que colapsen las finanzas públicas.
Veremos de que está hecha Sheinbaum. Menuda prueba de fuego tiene frente a sí. Sus aliados la están arrinconando. ¿O hay que decir ya ex aliados? X@jaimelopezmtz