La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso, y aplicar después los remedios equivocados
Groucho Marx (1890-1977) Actor norteamericano
Manuel López Meléndez enseñó el cobre esta semana, y de fea manera; bueno, si es que hay una manera no fea de enseñar el cobre.
Apenas la gente de Marko Cortés en el PAN entendió que el respaldo manifiesto de Silvano Aureoles a José Antonio Meade, era buen pretexto para exigir un cambio en la candidatura de la alianza por Michoacán al Frente al Senado, para “bajar” a Antonio García Conejo y colocar en su lugar al propio Cortés, así como para sacar de la jugada a Martín García Avilés, dirigente estatal perredista, López Meléndez no vaciló en respaldar a los panistas.
Y lo hizo para cobrarse afrentas personales y políticas con García Avilés, porque el secretario general del PRD y diputado local demostró que es vigente y válida aquello de que el peor enemigo de un perredista es otro perredista.
Es un hecho que las diferencias entre miembros de tribus antagónicas al interior del PRD, son más fuertes que las que tienen con otros partidos. Obviamente, García Avilés y López Meléndez son enemigos a muerte, políticamente hablando, y ambos están en la dirigencia del PRD michoacano por la repartición de cuotas entre tribus, pero jamás han transitado en la misma dirección.
En la coyuntura de los mensajes de Aureoles, López Meléndez advirtió la oportunidad de deshacerse de su adversario y no dudó en secundar la absurda intención de los panistas. Absurda porque, ya lo hemos dicho, ¿qué culpa tiene García Avilés de los “tuitasos” de Aureoles, o cómo porqué tiene él que pagar los platos rotos de una decisión personalísima del gobernador?
En todo caso, López Meléndez no parece tener la decisión para ir directo sobre el gobernador, el “responsable” de la crisis política en la alianza de panistas y perredistas. No, va sobre el que ni vela tiene en el entierro, por el cobro de facturas personales y entre tribus perredistas. Si en verdad está tan preocupado por las repercusiones de los mensajes de Aureoles, es a éste al que debiera reclamarle, ¿o no?
Pero así se llevan los perredistas, ese nivel de lealtad y solidaridad entre ellos existe. Por eso el partido está como está: a un tris de la desaparición y si la evita este 2018 será porque lo ampare la sombra protectora del panismo. Pero en cuanto la alianza concluya, lo que sin duda sucederá después de las elecciones, al margen de su resultado, el PRD tiene la suerte echada, y en mucho, por actitudes como la de López Meléndez. Si no, al tiempo.
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