Los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia…ambos por la misma razón
Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés
Evidentemente, él solo cumplió la instrucción de leer la iniciativa ordenada en Palacio Nacional, pero Iván Arturo Pérez Negrón bien pudo hacerse excusado y no subir a la tribuna de San Lázaro a protagonizar el bochornoso espectáculo.
El diputado morenista, representante de los electores de Morelia, aceptó leer la iniciativa para reformar el artículo 77 bis 17 de la Ley General de Salud, para que los 33 mil millones de pesos que tiene el Fondo de Salud para el Bienestar, mejor conocido como Fondo de Gastos Catastróficos, vayan directamente al escritorio, para no variar, del presidente López Obrador.
Es uno de los pocos fondos a los que directamente López Obrador no ha podido meterle la aspiradora y quedarse con su dinero, porque para ello había que modificar la Ley General de Salud, lo que obviamente no iba a significarle un impedimento en su afán depredador de los recursos públicos: en Palacio Nacional se dio la orden tajante a la bancada de Morena para que confeccionara la iniciativa de reforma y en menos que canta un gallo, estuvo lista.
Pero habiendo más de doscientos cincuenta diputados morenistas en San Lázaro, el moreliano Pérez Negrón aceptó, no sé si gustoso o a regañadientes –quisiera suponer lo segundo- la encomienda de presentarla, sin reparar que su estancia en la tribuna con ese tema quedará marcada como una de las páginas más vergonzosas de la historia legislativa.
Cierto, alguien tenía que presentarla, pero no se entiende porqué Pérez Negrón aceptó jugar el triste, patético papel de “anunciante” de la bochornosa iniciativa. Acaso supone que así eleva sus bonos con López Obrador y con “la causa”. Puede ser, pero pierde todo respeto con sus electores, los morelianos.
El fondo forma, o formaba, parte del llamado Seguro Popular y con él se otorgaban servicios médicos de alta especialidad a los beneficiarios de dicho programa, ahora extinto, que padecían enfermedades cuyo tratamiento es de alto costo, para evitar que pusieran en riesgo su patrimonio. Pese a la nobleza del programa, éste fue también enviado al basurero por la 4T, y el moreliano Pérez Negrón tuvo el desatino de aceptar la penosa encomienda de anunciarlo. Ni hablar.
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