Si no logras desarrollar toda tu inteligencia, siempre te queda la opción de hacerte político
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) Escritor británico
El alcalde capitalino, Alfonso Martínez, prepara el anuncio de una nueva política pública en materia de contratación y ejecución de la obra pública, basada en una premisa: que no sea un dolor de cabeza más para los morelianos.
Las obras que tienen que ver con la pavimentación o repavimentación de calles y avenidas, si bien necesarias y que a la larga constituyen un bien para los morelianos, se han convertido en un calvario para éstos, básicamente por el incumplimiento de los tiempos pactados para su ejecución por parte de las empresas constructoras.
Ejemplos abundan, pero los casos de la repavimentación de la avenida Lázaro Cárdenas, a la altura del mercado Independencia, o la construcción de los pasos a desnivel tanto de la salida a Salamanca como de Mil Cumbres, o bien la construcción de un puente en Siervo de la Nación, sirven para evidenciar la gran afectación que generan entre los morelianos.
Y no es que se dude del impacto positivo a largo plazo de una obra de ese tipo, pero sí se cuestionan las consecuencias y afectaciones que genera durante el tiempo de su construcción, porque regularmente es mucho mayor al contemplado, casi siempre por factores atribuibles a las empresas y a la falta de contundencia del gobierno para meterlas en cintura y obligarlas a concluir en los plazos estipulados. Y ya ni hablar de la calidad de la obra, invariablemente de ínfimo nivel.
De ahí que, según ha trascendido, el alcalde Martínez ha decidido advertir a los constructores que no se tolerarán más obras que no se concluyan en los tiempos y con la calidad establecidos en los contratos, so pena de rigurosas sanciones.
Es de esperarse que logre meter en cintura a los constructores, acostumbrados a la laxitud del gobierno que les tolera retrasos injustificados, así como menores niveles de calidad a los pactados.
La obra pública debe ser un bien para la ciudadanía, no un calvario. Debe propiciar un mejor nivel de vida de los habitantes de la capital, no el cierre de negocios por la eternidad que tardan los constructores en terminar. Veremos qué tanta firmeza imprime el alcalde. Por el bien de los morelianos, esperamos que con la máxima. Veremos.
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