Una gran democracia debe progresar, o pronto dejará de ser grande o democracia
Theodore Roosevelt (1858-1919) Presidente de Estados Unidos
He ahí el dilema: marchar o no marchar este domingo, en la movilización ciudadana convocada para defender al INE.
La respuesta es solo una una: sí, es necesario hacerlo, porque no se trata de defender al INE como institución, sino a la democracia, que con un gobierno con abiertos tintes de autoritarismo, claramente está en riesgo.
Sí, porque sin democracia no hay libertad, y sin ésta solo hay un destino: la dictadura.
Sí, porque la embestida antidemocrática de López Obrador va en serio, porque el precipicio está a un paso y, lo peor, que no tiene boleto de retorno.
Sí, porque sin autonomía del INE volveremos, como sueña el presidente, a la política cavernaria en la que el gobierno organizaba, arbitraba y calificaba elecciones, con los resultados que un párvulo puede anticipar.
Sí, porque debe enviarse a la oposición, al PRI sobre todo, el mensaje firme de que la sociedad no le permitirá una trastada más, así su impresentable líder tuviera que ir a parar a la cárcel.
Sí, porque no tendremos calidad moral para patalear cuando se nos venga la noche encima si ahora, que aún hay tiempo, no tuvimos las agallas para defender la democracia.
Sí, porque no podemos heredar un régimen dictatorial a las siguientes generaciones, que con justificada razón nos echarían en cara no haber defendido nuestra libertad democrática.
Sí, porque tenemos un presidente enloquecido, fuera de sí, que solo piensa la forma de asegurar que su dictadura fáctica se prolongue en el tiempo, con o sin él a la cabeza.
Sí, hay que marchar porque todavía se puede. Acaso en la siguiente oportunidad no sea ya posible.
Nos vemos el domingo. Y mientras, a la pesadilla todavía le quedan 690 días.
twitter@jaimelopezmtz
