La política es la conducción de los asuntos públicos para el provecho de los particulares
AmbroseBierce (1842-1914) Periodista estadounidense
Alfonso Martínez deberá cometer algún grave error para que alguien le robe la oportunidad de repetir como alcalde en 2024 y, aunque es francamente prematuro, para no ser gobernador tres años después. Cierto, en política, como en la vida, hay imponderables, hay circunstancias imposibles de prever y menos de contener, pero salvo algo así o algún yerro claramente grave, no parece encontrar por el momento opositor para cumplir sus expectativas políticas.
Su primer informe de labores, de su segunda administración municipal, tuvo el boato de un evento de gobernador, más que de alcalde. Martínez Alcázar mostró un músculo para convocar a personalidades de altos vuelos en la política nacional, una innovación en el formato y una capacidad de presentación improvisada, que evidencian a un político que, en el ámbito local, no encuentra mucha competencia.
Este domingo en su informe, se aseguró de mantener el equilibrio para no soslayar la forma en que encontró el ayuntamiento, caótico en sus palabras, y el compromiso de ver hacia adelante. Los números que entregó, a reserva de verificarlos desde luego, no son desdeñables en absoluto.
Pero como del plato a la sopa puede caerse la sopa, dicen, Martínez deberá asegurarse de no cometer algún yerro de tal magnitud que le cancele la que hoy parece puerta abierta para el 24 y luego para el 27. Asuntos de corrupción o de inseguridad pública, pueden ser los dos rubros más propicios para derrumbarse y, por tanto, en los que deberá poner especial atención. Y es que el renglón de corrupción contempla cualquier tipo de irregularidad administrativa, financiera o de obra pública y no necesariamente de él, sino de su círculo de colaboradores.
Y ni hablar de las posibilidad de que escenarios de inseguridad puedan arrollarlo: es un tema, ya se sabe, que se come al país y Morelia no es por supuesto la excepción, casi siempre incluso fuera del alcance del poder público.
Fuera de ello, y si logra mantener la inercia, por ahora no se asoma algún perfil con la dimensión como para desbarrancarlo. Pero esto apenas comienza, es una carrera de golpes rudos, de resistencia e incluso de sobrevivencia. Martínez, a los 48 años, tiene ya una larga trayectoria política, pero para alcanzar la joya de la corona para él, la gubernatura, apenas comienza lo verdaderamente fuerte. Habrá que ver de qué está hecho. Por lo demás, a la pesadilla todavía le quedan 778 días. Twitter @jaimelopezmtz