Si existiera una dictadura fascista nacional, elegiría el sistema estadounidense.
Noam Chomsky (1928-?) Filósofo estadounidense
Tardó más de lo previsto, pero Jorge Álvarez Máynez terminó por enseñar el cobre y evidenciar su objetivo como candidato: ser el esquirol que López Obrador y su candidata requerían para tratar de dividir el voto opositor.
Solo después del dos de junio se sabrá si la estrategia presidencial de “enamorar” a Movimiento Ciudadano para que no se sumara a la alianza opositora, dio o no resultados. Pero lo que es un hecho es el lamentable papel de ese partido, de su dueño Dante Delgado y de quien por azares del destino le tocó jugar a que era candidato, Jorge Álvarez Máynez.
La idea original era aprovechar la aparente buena imagen de Samuel García, el gobernador de Nuevo León, pero ya se sabe que su torpeza política y jurídica le impidieron ser el candidato esquirol. Él mismo decidió que Máynez fuera finalmente el que jugara ese papel, nada digno por cierto.
Tampoco debe extrañar la posición de Dante Delgado: a lo largo de su vida política ha navegado siempre en ríos de conveniencia política, personal y financiera, con un pragmatismo casi siempre denigrante. Luego entonces, López Obrador en realidad no hizo sino aprovechar esa laxitud en prendas éticas del dueño de MC, y arrancarle el compromiso de ser el patiño de Claudia Sheimbaum. Delgado y MC a su más fiel estilo, pues.
Como sea, la candidata opositora Xóchitl Gálvez supo desde el principio que con MC y su actitud mercenaria no contaría, y aunque hizo intentos por sumarle al bloque opositor, rápido cayó en la cuenta de que era tiempo perdido. Ya en este momento, una improbable declinación de Máynez sería incluso contraproducente, porque MC difícilmente se desprenderá ya de su paso a la historia como el partido que pretendió sumarse a la 4T en su búsqueda por instaurar una dictadura en México. Palo dado, ni Dios lo quita.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 151 días.
X@jaimelopezmtz