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viernes, julio 26, 2024

MIGRANTES, LA TRAGEDIA QUE YA ES

Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.

George Lichtenberg (1742-1799) Científico alemán

 

jaimelopezEl caos absoluto en que están convertidas las fronteras norte y sur de México, con oleadas de miles de migrantes enloquecidos queriendo llegar a Estados Unidos, solo evidencia que nuestro país no tiene la más remota idea de lo que significa una política pública en esa materia.

En balde México es uno de los países con mayor exportación de mano de obra, pero también por donde tienen obligadamente que transitar miles de centroamericanos y caribeños para tratar de llegar a Estados Unidos. Se trata de un fenómeno para nada nuevo, dado que data al menos de unos ochenta años. En balde, digo, porque pese a esa sobrada experiencia, el estado mexicano adolece de políticas públicas migratorias.

Hoy hace crisis el fenómeno, porque Estados Unidos ha decidido volver a criminalizar a partir de este viernes, todo intento por ingresar a su territorio de manera irregular. No es nuevo el problema, pero es claro que hoy está más fuera de control que nunca, debido a que el gobierno de la 4T solo ha sido capaz de bailar al ritmo que marca el Tío Sam, nunca ha podido siquiera proponer agenda.

Con la radicalización de las medidas de control migratorio por EU, es evidente que no miles, sino millones de migrantes se quedarán varados en la frontera norte, y que Tijuana, Ciudad Juárez, Matamoros y todas las ciudades de la franja verán incrementar notoria e inmanejablemente los problemas derivados de esa nueva realidad.

El gobierno mexicano no tiene absolutamente nada preparado para hacer frente a ese fenómeno, porque sólo está pensando cómo ganar de calle la elección del 24.

¿Cómo proyecta el gobierno encarar la estancia de millones de migrantes?, ¿les permitirán que queden aquí o los enviará de regreso a sus países?, ¿cómo supone que puede resolver la demanda de atención médica, de comida, de albergues?, ¿cómo impedirá que sean secuestrados por los cárteles fronterizos para exigir dinero a cambio de su liberación o, peor, para reclutarlos por la fuerza como sus trabajadores-sicarios?

Son infinidad las interrogantes y escasas, por no decir nulas las respuestas, bueno, las respuestas sensatas, porque las disparatadas están a la orden del día en cada mañanera. Y no las hay porque el gobierno nunca se preparó para este nuevo escenario, pese a que se veía a años luz de distancia.

La improvisación, la falta de profesionalismo y en última instancia la indiferencia de López Obrador, derivarán inevitablemente en una auténtica tragedia, más de la que ya es. Más que crisis migratoria, estamos frente a una de derechos humanos y México impávido. Se viene una tragedia. Si no, al tiempo.

Y a la pesadilla ya solo le quedan 510 días.

twitter@jaimelopezmtz

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