La política no puede restringirse a orden intereses nacionales; está obligada proyectar una gobernanza global para atender los intereses colectivos:
Leonardo Boff (1938-?) Sacerdote brasileño
Alfredo Ramírez Bedolla enfrenta su peor crisis como gobernador. Si el asesinato de Carlos Manzo le ha provocado a la misma Claudia Sheinbaum un inusitado escenario de creciente e imparable movilidad social en su contra, no tendría porqué ser diferente con quien gobierna el estado en donde se ha encendido la chispa.
A la natural presión ejercida por la oposición, Bedolla ha comenzado a enfrentar también el nada raro fuego amigo. Que PRI y PAN aprovechen la coyuntura para elevar el tono de la presión en su contra, debe considerarse normal, pero que comentócratas afines a la 4T, que siguen los dictados de Palacio Nacional, también se sumen a su arrinconamiento, debe prenderle las alarmas al gobernador.
Y la exigencia de Movimiento Ciudadano de que el Senado apruebe la desaparición de poderes en Michoacán, no puede ser soslayada.
Claramente, a nadie conviene esa eventualidad. Michoacán ha vivido no pocos interinatos y ha comprobado que resultan más dañinos que eficaces. Empero, Bedolla debe hacer por sí mismo mucho más de lo que ha hecho hasta ahora en esta crisis, porque aunque cuesta arriba, me parece que aún le alcanza para defender su propia causa, primero, asegurándose que el crimen de Manzo no quede en la impunidad. El trabajo de la Fiscalía hasta ahora ha dejado más dudas que certezas. Para Bedolla, llegar a la autoría intelectual y a su encarcelamiento, pero de manera creíble, sin chivos expiatorios, es clave para su propio fortalecimiento. Una conclusión dudosa de la Fiscalía le puede generar al gobernador un efecto boomerang. Cuidado.
Como segundo paso debe hacer sentir que es real su compromiso con la seguridad y el combate a los cárteles, hasta ahora, una asignación pendiente.
También debe consolidar su interlocución con sectores hasta ahora escasamente atendidos, como el empresarial, el sindical, el de las cúpulas religiosas, el de sectores productivos y desde luego el de la oposición. Bedolla debe hacer acopio de las habilidades políticas de que disponga para que todos esos sectores cierren filas con él, o al menos no le vuelvan abiertamente la espalda, incluyendo a su propia oposición cuatroteísta, perfectamente identificada.
Lo que no puede permitir, es enviar una señal de soledad y de falta de puentes de comunicación con la sociedad michoacana. No parece tenerlas toda consigo con respecto a su relación con la presidenta, pero ahí poco puede hacer, salvo generar señales sólidas de fortaleza institucional en la entidad.
Insisto, creo que la pelota aún está en su cancha, pero no sé cuánto tiempo más será así. Hasta ahora todo había más o menos coser y cantar para el gobernador, pero en situaciones de crisis es cuando se mide a los políticos. Espero que sepa interpretar el momento y actúe en consecuencia. Veremos.
X@jaimelopezmtz



