La política es el arte de aplicar en cada época, aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible
Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897) Político español
El primer gran problema que se encontrará Raúl Morón al llegar a la Presidencia Municipal, es el referente a la huelga del Ooapas y, por ende, su principal gran decisión girará en torno a la manera en que tratará de solucionarla.
Y digo que se encontrará con esa huelga, porque si bien faltan aún 28 días para que asuma la presidencia, es evidente que el problema no se solucionará en este tiempo, dado que se sabe incluso de un acuerdo entre él y el actual alcalde, Alfonso Martínez, para que éste ya no intervenga en una posible salida a la huelga.
Hasta ahora, la postura de Martínez ha sido la de no ceder a las pretensiones de aumento salarial y de prestaciones del sindicato de trabajadores del organismo, bajo el argumento de que, primero, éste está en quiebra; segundo, los empleados ganan tres o cuatro veces más que casi cualquier otro burócrata y, tercero, con resultados se ha demostrado que 150 trabajadores contratados externamente para no dejar de prestar el servicio de distribución de agua potable, hacen la labor de ¡900!, lo cual significa que en el organismo sobran hasta 750 plazas.
Los sindicalizados del Ooapas están seguros que la llegada de Morón significará la solución de todos sus problemas, en particular la huelga que ya se alargó por dos meses. Basan su expectativa esperanzadora, primero en la formación sindical de Morón, y segundo en que como alcalde morenista, se supone que hará siempre por los intereses sindicales, aún si éstos se oponen a la lógica económica y al interés de la ciudadanía.
Cierto, la formación ideológica de Morón, su pasado sindical y la postura política de Morena, parecen obrar en favor de la causa de los sindicalizados del Ooapas, pero el próximo alcalde está obligado a dejar de lado visiones y poses políticas e ideológicas. Como gobernante debe poner por delante el interés de la ciudad y de sus gobernados, más, si lo que pretende es utilizar el ayuntamiento como trampolín para la gubernatura.
Y debe poner por delante también el sentido común y la lógica económica, y ésta advierte, sin duda alguna, que el Ooapas no puede seguir como va, que es urgente una reducción notoria de la plantilla de personal, así como del nivel de salarios y prestaciones. De otra forma, no tiene viabilidad. Morón lo debe entender. Veremos cómo encara el caso, si como político o como gobernante.
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