No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia
Montesquieu (1689-1755) Filósofo francés
Supongo que midiendo fríamente los resultados, el alcalde moreliano Raúl Morón ordenó, o por lo menos avaló, el cierre de la tienda departamental Elektra, ubicada en la avenida Lázaro Cárdenas, en la que sólo quedó operando su módulo bancario.
Ello no tendría nada de especial, como para ser tema de columna periodística, dado que el cierre de la tienda forma parte del operativo para aplicar la fase tres de la lucha contra la pandemia del Covid-19, que incluye la prohibición de que sigan laborando empresas consideradas no esenciales, de no ser por el hecho de que Elektra es la empresa insignia de Ricardo Salinas Pliego, el magnate consentido y protegido del presidente López Obrador.
Y éste, se ha hecho de la vista gorda ante la violación de Salinas a las medidas decretadas en la fase tres por el propio gobierno. El magnate, ya se sabe, se niega a cerrar sus tiendas; más aún, López Obrador ha balconeado a algunas empresas renuentes a bajar la cortina, pero para nada incluyó en esa lista a Elektra, pese a su evidente desacato.
Que una autoridad menor, como un alcalde, ordene el cierre de una tienda que viola la prohibición, pero que es protegida desde Palacio Nacional, debe aplaudirse; más, si lo hace alguien que es del mismo partido del presidente, lo cual puede poner a ese edil en el ojo del huracán, dado que no puede suponerse que a López Obrador le vaya a hacer mucha gracia que un alcalde morenista, un “simple” alcalde, no le siga el juego de protección institucional a Elektra.
Obviamente, Morón conoce la relación López Obrador-Salinas Pliego, aunque supongo que no su oscuro origen, y está al tanto de las ínfulas de emperador autoritario del presidente; y si con todo ello cumple su papel de alcalde y ordena el cierre de la tienda favorita de la 4T, me parece injusto regatearle mérito.
Y si esa misma actitud muestran alcaldes de otras partes del país, seguramente Salinas Pliego recurrirá a su amigo el presidente para que éste “ordene” a los ediles un alto a la osadía de no respetar el fuero fáctico que le ha dado a Elektra y a su propietario. Habrá que ver qué tanto soporta Morón la embestida de Salinas y, sobre todo, la ira del dictador de Palacio. Por lo pronto, bien por él.
twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com