La absolución del culpable es la condena del juez
Publio Sirio (siglo l A de C) Poeta romano
El diputado de Movimiento Ciudadano, Daniel Moncada, ha anunciado su intención de proponer que la “narco presea” Ocampo sea entregada este año por el Congreso del Estado a José Manuel Mireles, el ex líder de las autodefensas de la tierra caliente michoacana, excarcelado recientemente.
La intención de Moncada no parece sonar mal, pero debe considerarse antes que Mireles aún está sujeto a un proceso penal. Él no ha resultado exonerado de los cargos de portación de armas de uso exclusivo del Ejército que le imputa la PGR. Solo recibió el beneficio por parte del juez, de continuar su proceso en libertad, previo pago de una fianza.
Por tanto, en teoría Mireles podría ser sentenciado culpable de dichos cargos y el Congreso no puede arriesgarse a condecorar a alguien que al poco tiempo recibiera sentencia condenatoria.
Lo he dicho infinidad de ocasiones y por supuesto lo reitero: Mireles nunca debió ir a prisión, nunca debió ser acusado; su proceso constituye una vergüenza en la historia de la justicia michoacana y nacional, pero legalmente es un procesado y eventualmente podría ser un condenado a cárcel o a alguna otra sentencia. Injustamente, queda claro, pero en términos legales así sería.
Siendo justa la propuesta de Moncada, lo sensato sin embargo es esperar a que Mireles reciba sentencia y si ésta es absolutoria, hasta ese momento presentar la iniciativa de manera formal. Cierto, el tiempo apremia y lo más seguro es que la sentencia del juez se alargue por varias semanas o hasta meses, pero no por eso el Congreso debe tomar una decisión precipitada y quizá contraproducente.
Si los tiempos obligan a no formular la propuesta este año, no pasa nada, Moncada y el Congreso pueden esperar al próximo año, porque una decisión política equivocada del Poder Legislativo sería altamente riesgosa.
Máxime, que la actual 73 Legislatura sentó en 2016 un negativo precedente al dejar que pasara la propuesta del entonces presidente del Congreso, el priista Raymundo Arreola, de entregar la Presea Ocampo a un grupo musical de Nueva Italia que hace apología de la criminalidad, la muerte y el narcotráfico. A partir de ese triste episodio, el reconocimiento legislativo lleva por nombre (vox populli) “narco presea Ocampo”. No puede soslayarse que Arreola contó con el sospechoso respaldo de la lideresa de la mitad de la bancada priista, Adriana Hernández, aparentemente también entusiasta de premiar la narco música.
El antecedente es obligado traerlo a cuento, porque el Congreso no puede volver a cometer otro yerro. Hay que decirlo, si Mireles ya estuviera absuelto, me parece que merecería la presea. Mientras esté sujeto a un proceso, injusto y lo que sea, no puede recibir ninguna condecoración del poder público.
De ahí, pues, que Moncada debiera retirar su propuesta y esperar la sentencia del juez. Si es absolutoria, y aún está a tiempo, entonces negociar su inclusión. Con ese requisito, este reportero sería el primero en suscribirla. Veremos.
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