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sábado, julio 26, 2025

NI HABLAR, QUE GANEN LOS REPUBLICANOS AHORA

Todas las tendencias intelectuales se corrompen cuando se asocian con el poder

Clive James (1939-2019) Periodista australiano

 

jaimelopezLos norteamericanos votan este martes para renovar íntegramente su Cámara de Representantes, además de una tercera parte del Senado. Un proceso que si históricamente para México siempre es relevante, por la multiplicidad de factores de una relación tan compleja como imprescindible para ambos, en esta ocasión lo será más.

Por ahora el Partido Demócrata, el del presidente Joe Biden, domina, aunque apretadamente, la Cámara de Representantes, pero el riesgo de que los republicanos arrebaten la mayoría y el control es latente. Más aún, una victoria demócrata sería considerada sorpresiva.

Que gane uno u otro partido no parece provocar cambios de fondo en las políticas públicas norteamericanas, dado que en lo medular éstas tienen el mismo soporte. Los matices los da cada partido, pero la sustancia permanece en programas sociales, en política internacional, en aspectos fiscales, en materia de derechos humanos, etcétera. Aun así, en México solemos mayoritariamente identificarnos con los demócratas, porque supuestamente tienden más al trato amistoso, o menos agresivo, con nuestro país. Verdad muy a medias.

En esta ocasión, paradójicamente, es probable que conviniera más un triunfo republicano. Me explico: el perfil dictatorial que está tomando el gobierno de López Obrador ha sido minimizado por Biden y los demócratas, y claramente eso ha ensoberbecido al tabasqueño, que a lo único que parece respetar y hasta temer, es justo al vecino del norte.

En Estados Unidos tienen claro que una mayoría republicana en el Poder Legislativo obligaría al gobierno de Biden a endurecer su postura frente a México por los visos dictatoriales de López Obrador. En esa lógica, y dado que puertas adentro el tabasqueño no respeta límites, se alienta la posibilidad de que al menos desde el exterior alguien le ponga un freno a su desatada y demencial destrucción de las instituciones, al empoderamiento militar, al contubernio con el crimen organizado y la configuración de una dictadura populista.

No es desde luego ninguna garantía que ello suceda. Pero a un paso de la noche de terror a la que lleva al país López Obrador, cualquier posibilidad de contenerlo es válida. Por ello, y a contra corriente de lo que históricamente ha sucedido, quienes aún mantienen los ojos y la mente abierta en México, seguro estarán este martes empujando por el triunfo republicano. A lo que hemos llegado o, mejor dicho, a lo que obliga López Obrador. Y mientras, a la pesadilla todavía le faltan 693 días.

twitter@jaimelopezmtz

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