La corrupción del alma es más vergonzosa que la del cuerpo
José María Vargas Vila (1860-1933) Escritor colombiano
Por muy firmados que hayan sido, los gobiernos no están obligados a mantener vigentes e indefinidamente, compromisos con terceros, si éstos son leoninos o injustos, o si de plano cumplirlos le significa dejar de atender otras prioridades.
Por ejemplo, aquellos cincuenta millones de pesos que inmoralmente regalaba el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel a Televisión Azteca cada año, para “apoyar” al equipo Monarcas, también inmoralmente los mantuvo Leonel Godoy, pero después fueron cancelados. Era absurdo que a una empresa que hace el gran negocio con el futbol, todavía el gobierno le regale dinero.
Otro ejemplo: todos los gobiernos anteriores firmaban minutas al margen de la ley con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, sí, la mafia delincuencial disfrazada de sindicato, la Cnte, que significaban miles de millones de pesos arrancados a la fuerza a las finanzas oficiales, para cubrir decenas de bonos y compensaciones inventadas, a cual más de absurdas. Hoy, se supone que esas minutas son cosa del olvido.
Un caso más: a Fausto Vallejo se le ocurrió que era buena idea regalarle a Televisa, vía el Teletón, la friolera de 26 millones de pesos, pero no solo eso, sino comprometer al gobierno del estado a entregar cuarenta millones más cada año, hasta sumar 400 en diez años. Así de desquiciado fue ese gobierno. Claro, el regalo fue disfrazado de donativo.
No estoy en contra del Teletón; la gente que quiera aportar y colaborar con él, está en su derecho de hacerlo, pero lo que es inmoral es que los gobernantes saluden con sombrero ajeno, y para quedar bien con Televisa le regalen estratosféricas cantidades del erario. No se duda que buena parte del dinero recaudado vaya a atender a niños que lo requieren, pero también no parece haber ya dudas del beneficio fiscal que a la empresa televisiva le significa el Teletón.
Silvano Aureoles ordenó suspender el regalo de los cuarenta millones de pesos por año. Bien hecho. Hoy hay una supuesta deuda acumulada de setenta millones, pero es deseable que el gobierno corte de tajo con ese compromiso, aun si lo hubiera firmado Vallejo. Repito, un compromiso leonino, injusto, inmoral o que signifique dejar de invertir en asuntos más relevantes y urgentes, debe ser cancelado por cualquier gobierno. Imagínese usted que Aureoles, con tal de quedar bien con Televisa, firmara también un convenio por medio cual el gobierno se compromete a regalarle cien millones de aquí a los próximos cincuenta años. ¿Debe cumplirse por sus sucesores? ¡Claro que no!
En todo caso, el gobierno tiene su propio Centro de Rehabilitación y Educación Especial, al que sí se justifica que le invierta los millones de pesos que sean necesarios, porque además puede atender a un número mucho mayor de niños, jóvenes y adultos que cualquier Centro de Rehabilitación del Teletón.
El gobierno de Aureoles tiene mil asuntos que atender más relevantes y urgentes que volver a regalar dinero a Televisa. Por tanto, el leonino compromiso signado por Vallejo, debe cancelarse. Moral y éticamente es insostenible.