El ignorante ataca con la boca; el sabio se defiende con el silencio
Albert Einstein (1879-1955) Físico alemán
Diana Carpio, la secretaria de Salud en la entidad, es clara, cuanto enfática: en Michoacán la autoridad estatal “tropicalizará” la estrategia para reanudar, parcialmente, la actividad productiva, sin que eso signifique, remarca, ningún tipo de confrontación con el gobierno federal.
Y como ella, que habla a nombre del gobierno michoacano, prácticamente todos los estados han advertido que tomarán lo que sea necesario del programa diseñado por el gobierno federal para la vuelta a la llamada “nueva normalidad”, pero lo ajustarán con entera libertad a sus propias condiciones.
Y es que no cayó nada bien la posición de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien apenas el martes machacaba a los gobernadores, con los que mantenía una reunión virtual, que, ahora sí, la estrategia de la vuelta a la nueva normalidad, era de carácter federal, es decir, de aplicación obligada en todo el país.
En rigor, lo ideal es ciertamente que la política pública contra la pandemia del Covid-19 hubiese sido desde un inicio una para todo el país y, sí, de carácter obligatorio, porque en temas relacionados con la salud y más en medio de una pandemia, eso es lo lógico en cualquier país. Bueno, en cualquier país donde la autoridad central sepa lo que está haciendo y donde las decisiones las tomen los expertos, los científicos, no un presidente con serias dudas sobre su estabilidad emocional.
Y como en esta pandemia las decisiones no se están tomando con rigor científico, sino político, entonces es justificado que cada municipio, cada estado, se vaya por la libre. A final de cuentas, no siendo eso lo ideal, no podrán ser medidas peores que las que a nivel central se están tomando.
De ahí que cada gobernador, y sin que necesariamente así lo hayan acordado ellos, esté decidiendo tropicalizar la vuelta a la normalidad a partir del próximo lunes, se incomode o no Sánchez Cordero, el mismo Andrés Manuel López Obrador.
A la luz de la impericia total del gobierno federal, se entiende que cada alcalde y cada gobernador, decidan irse pues por la libre. Suena riesgoso, sin duda, pero más peligroso parece seguir a pie juntillas la “estrategia” de un gobierno federal que va de tumbo en tumbo en el manejo de la pandemia. Así que, peor, imposible. Cualquier cosa que obtengan alcaldes y gobernadores, serán ganancia. Al tiempo.
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