El triunfo político es la suma del sentido común y la capacidad de liderazgo
Enrique Tierno Galván (1918-1986). Político español
Desde hace casi dos meses, el tiempo que lleva la huelga en el Ooapas, ciento cincuenta empleados contratados exprofeso por el Ayuntamiento, desahogan casi con normalidad los trabajos del suministro de agua potable y la operación y mantenimiento de la red de alcantarillado de la ciudad.
¿Y eso qué tiene de particular?, pues nada, que esos ciento cincuenta empleados están realizando las funciones de novecientos trabajadores sindicalizados del Ooapas. Sí, de ¡novecientos!
A raíz de la huelga del sindicato del organismo, que ya se alargó casi a los dos meses, el ayuntamiento se vio obligado a contratar al número mínimo de trabajadores externos requeridos para no dejar de brindar el servicio de agua y alcantarillado a la población.
En el escritorio del alcalde Alfonso Martínez, el director del Ooapas, Roberto Valenzuela, le puso una carpeta con las medidas a tomar con carácter de emergentes, ante el estallamiento de la huelga. Por disposición legal, aunque haya huelga los empleados sindicalizados no pueden tomar ni cerrar instalaciones, ni impedir que el servicio lo siga dando la autoridad, aunque sea con personal ajeno, dado que se trata de un tema de prioridad humana.
Valenzuela sugirió contratar a 150 trabajadores externos. Al alcalde le pareció un número demasiado corto, si se trataba de suplir a 900 sindicalizados. Al final de cuentas, atendió la sugerencia del director, y a la vuelta de dos meses, resulta que el servicio no se ha visto afectado casi en lo más mínimo, lo que evidencia que ese es el número justo de empleados que debiera tener el Ooapas, o lo que es lo mismo, que hay unos 750 que sobran, que fueron contratados sólo porque así convenía al sindicato para fortalecerse, no porque realmente se justificaran.
Se trata de una gravísima señal que va en detrimento del sindicato: si el Ooapas llega a declararse en quiebra, lo que no sería extraño a estas alturas, para partir de cero y volver a operar, tendría que recontratar sólo a 150 de sus actuales trabajadores. De ese tamaño es la gallina de los huevos de oro que está dejando morir el sindicato. Si no, al tiempo.
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