Las promesas que hicieron ayer los políticos, son los impuestos de hoy
William L. Mackenzie (1874-1950) Político canadiense
El presidente López Obrador no parece haberle dejado otro camino a los diez gobernadores opositores, que emitir un severo pronunciamiento público este lunes, exigiendo un alto a los recortes presupuestales federales previstos para el próximo año, y amagar con sacar a sus estados del llamado pacto federal.
Simultáneamente, el michoacano Silvano Aureoles y sus colegas de Jalisco, Colima, Guanajuato, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Durango y Chihuahua, levantaron la voz el lunes por la mañana en sus respectivos palacios de gobierno, con la misma exigencia: no al recorte de recursos federales, alto al camino dictatorial por el que lleve López Obrador al país, alto también al desmantelamiento de las instituciones, y freno a la tiranía que se cierne sobre México.
No es fácil recordar a un grupo de gobernadores tan fuerte como este, abiertamente en contra de un presidente y de su gobierno, pero está claro que es lo mínimo que aquellos pueden, y deben, hacer ante la bien calificada ruta a la tiranía y a la dictadura, a la que encamina López Obrador al país.
Solo en el caso de Michoacán, se estima que el próximo año se reduzca en 7,700 millones de pesos el presupuesto federal. El monto es más del diez por ciento del total de recursos presupuestados del estado. Un brutal 10 por ciento de ajuste a la baja, no hay entidad que lo resista.
De ahí que no sólo sea necesario, sino obligado, un posicionamiento así de firme de los diez gobernadores. En todo caso, es criticable el silencio de los otros veinte, porque la política concentradora del dinero público de López Obrador, afecta por igual a todos los estados, sólo que hay unos gobernadores con más pantalones que otros.
Ahora bien, será exigible también para Aureoles y sus nueve colegas “insurrectos”, no quedar en el discurso y el amago. Está claro que a López Obrador le es indiferente ese tipo de manifestaciones, lo cual implica que no habrá variación en su forma autoritaria de gobernar. Y está claro también que ningún recurso jurídico que aquellos presenten ante la Corte, habrá de prosperar, porque ésta está para cumplir los caprichos presidenciales. ¿Qué queda entonces?, pues solo una vía, la de la ruptura. Por escandaloso que suene, romper con el pacto federal es la única alternativa que le resta a Aureoles y a sus nueve colegas. Al final de cuentas alguien iba a tener que hacerlo en algún momento. Éste llegó.
Me parece que los diez gobernadores llegaron al punto sin retorno y el rompimiento institucional de sus estados con la Federación, es obligado. Y es que una tiranía sólo se contiene así, con medidas radicales. Veremos.
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