La política es un asunto demasiado serio como para confiárselo a los políticos
Charles de Gaulle (1890-1970) Presidentes francés
La tragedia del martes por la tarde noche en Zamora y Jacona, donde un desquiciado asesinó a ocho personas, antes de ser abatido él por la Policía, evidencia la falta de capacitación de ésta para enfrentar situaciones de alto riesgo, o bien, que en ella de plano ya ha permeado la criminal tesis presidencial de que a los delincuentes hay que abrazarlos, no tocarlos ni con el pétalo de una rosa, menos con balazos.
Una actuación eficaz de la Policía habría muy probablemente salvado la vida de cuatro de esas ocho personas.
Veamos: todo apunta a que el demente solo tenía planeado originalmente atentar contra dos hombres en un taller mecánico de Jacona, pero al huir del lugar luego de cometer el doble crimen, y presuntamente para robar un vehículo, asesinó a otros dos en la entrada de una empresa, donde también un menor de edad resultó herido.
A esas alturas, ya la Policía Municipal tanto de Zamora como de Jacona había sido alertada y se movilizaba. Ubicó al asesino rápidamente, pero pese a que se intentó su detención, éste siguió su marcha y en un negocio de refacciones descendió del auto robado para asesinar al propietario del lugar, además de lesionar a otro hombre y a una mujer. Luego, ingresó a una florería y mató a un empleado; siguió hasta una forrajera y ahí disparó y mató a otros dos hombres.
Luego de todo ese sangriento recorrido, por fin pudo ser alcanzado por los policías, quienes finalmente lo abatieron a tiros. Un uniformado resultó herido ahí.
Una actuación rápida y eficaz de la Policía quizá hubiera impedido cuatro de las ocho muertes. Mal, si fue porque los oficiales tardaron demasiado tiempo en movilizarse. Más mal aún si el criminal pudo seguir su marcha por la falta de pericia policial para frenarlo, pero lo más grave sería que alcanzó a eliminar a ocho personas porque los policías no se atrevieron a dispararle antes por aquello de que a los delincuentes hay que abrazarlos, no atacarlos.
Un sujeto fuera de sí que va atacando indiscriminadamente a todo el que se le atraviesa, debe ser eliminado en la primera oportunidad por la Policía. No hacerlo da pie a que más inocentes sigan en riesgo, lo que lamentablemente se materializó este martes en la zona conurbada de Zamora y Jacona. El uso de la fuerza reservada al poder público, debe poner en esos casos en la balanza la vida de un desquiciado o la de civiles inocentes. Solo alguien sospechosamente enamorado de los criminales, como el presidente López Obrador, tendría duda de cuál debe ser la prioridad.
Es urgente, a la luz de la tragedia descrita, revisar el nivel de capacitación de los policías municipales y aun de las fuerzas federales y estatales, que también se sumaron a la tardía persecución contra el criminal. Quedó claro que no están preparados para eventos de ese tipo, por cualquiera de las razones descritas.
twitter@jaimelopezmtz