Los libros hacen a unos sabios y a otros locos
Francisco Petrarca (1304-1374). Humanista italiano
Juan Carlos Barragán no se anduvo por las ramas, y apenas recibió señalamientos del diputado Juan Pablo Puebla sobre el funcionamiento del sistema de Telebachilleres que aquel dirige, y le devolvió sonoro revés, acusando al legislador de haber colocado a gente cercana en la nómina de dicha dependencia. Es decir, como aviadores.
Y eso que los dos son perredistas, ¿qué tal si no fueran “correligionarios”. La querella entre ambos comenzó con un posicionamiento en tribuna, durante la sesión ordinaria de este miércoles en el Congreso, por parte de Puebla, en la que demandó que el gobernador tome cartas para prohibir a Barragán –sin referirse a él por su nombre, sólo “el director del subsistema de Telebachillerato”- realice proselitismo desde esa posición y que cese el “hostigamiento” hacia el personal de la dependencia.
De cualquier cosa se le puede acusar a Barragán, menos que no esté en la jugada: no había descendido de la tribuna el diputado Puebla, cuando aquel ya emitía un comunicado de prensa, tan o más severo que el posicionamiento del legislador.
Barragán acusó a Puebla de neófito en materia educativa, de presentar datos falsos y sin fundamento en su posicionamiento en tribuna, mismo que, aseguró, “se debe a que está molesto –el diputado- porque se rescindió el contrato a compañeros de tribu de Puebla Arévalo, quienes durante años fueron aviadores”.
El Telebachillerato Michoacán, remató, “no será más un espacio para acomodar a personas sin preparación ni ética, sin interés alguno en mejorar el sector educativo…lamento que el diputado Puebla Arévalo esté más comprometido con seguir manteniendo a sus amigos cobrando sin laborar, dañando el erario”.
De ser todo ello cierto, primero, Barragán no debe ceñirse sólo a despedir a los aviadores, lo cual por supuesto era obligado, sino que debe proceder penalmente contra ellos, para que devuelvan el dinero que recibieron ilegal e inmoralmente. Y si hubo injerencia de Puebla para que se contratara a los de “su tribu”, igualmente contra él debiera interponer una querella legal.
Y si Puebla tiene razón, y hay acoso laboral en Telebachillerato y Barragán está utilizando el cargo para hacer proselitismo, éste debe ser cesado por el gobernador Aureoles. Lo que no puede ser, es que todo se reduzca a gritos y sombrerazos. Es viable que ambos tengan razón, no está exenta esa posibilidad, por lo que lo sensato es que se indague a profundidad el tema y se apliquen las sanciones pertinentes. Grave que haya habido aviadores y no se les sancione penalmente, como grave que las acusaciones de Puebla sean ciertas. De la oficina del gobernador debe ordenarse una indagatoria profunda. Veremos.