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viernes, mayo 9, 2025

PENSIONES EN RIESGO 

Si no creemos en la libertad de expresión de aquellos que despreciamos, no creemos en ella en absoluto:

Noam Chomsky (1928-?) Filósofo estadounidense

 

No hay indicios de que antes haya sucedido: por primera ocasión en los casi siete años de la tiranía cuatroteísta, el pago de los programas sociales ha tenido un retraso si no generalizado, sí en un nivel que preocupa tanto a los beneficiados como al mismo gobierno.

López Obrador podía no cumplir cualquier compromiso, menos el de pagar a tiempo sus múltiples programas sociales, porque el tenía perfectamente claro que ellos son la base para garantizar su permanencia en el poder. Él entendió siempre que el mexicano medio puede no tener empleo, ni medicinas ni atención médica, ni acceso a la educación, ni seguridad pública, y jamás protestará mientras a tiempo le caiga su limosna mensual del gobierno. Es un caso que trasciende cualquier explicación sensata que se busque.

Por eso jamás retrasó su gobierno un día el pago de becas y pensiones diversas. Y Claudia Sheinbaum tiene la misma claridad, pero con una diferencia: su mentor tenía las alforjas llenas para mantener un demencial ritmo de programas sociales, luego de haberse robado el dinero de cuanto fideicomiso y guardadito encontró. Ella, en cambio, ya prácticamente no tiene de dónde financiar esos programas, porque ni fideicomisos ni guardaditos quedan.

Solo hay un camino para encontrar recursos que le permitan al gobierno seguir comprando conciencias con sus programas sociales: la inversión privada que genera los impuestos necesarios para ello. Pero un país como es hoy México, sin seguridad, sin estado de derecho, a merced del crimen, sin controles a los abusos del poder, es imposible que atraiga capitales de riesgo. Éstos buscan mercados más estables, y es normal y justificado que así sea.

Luego entonces, sin inversión y sin guardaditos, el gobierno comienza a tener problemas para pagar a tiempo sus programas sociales. Esta semana fue apenas una probadita, dicen los economistas, de lo que se avecina y cada vez con mayor rigor. Los retrasos serán cada vez más constantes, hasta que de plano se vuelvan esporádicos. Solo que para entonces será demasiado tarde: cuando el pueblo despierte, ya no habrá siquiera la oportunidad de probar con otro tipo de gobierno, porque ya no habrá elecciones verdaderas. La dictadura estará enquistada y, tipo Venezuela, habrá que aceptar las migajas gubernamentales porque no habrá más, ni siquiera libertad para reclamar. Si no, al tiempo! X@jaimelopezmtz

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