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martes, octubre 22, 2024

PONCHO, NOMBRE PROHIBIDO

Ningún país en el que se estableció una dictadura comunista, logró salir de ella.

Vladimir Bukovsky (1943-2019) Escritor ruso

Sumamente tensa, por no decir que de plano confrontada, será en los siguientes tres años la relación del gobierno del estado con el ayuntamiento moreliano. Al margen de que ambas instancias se declaren listas para una “relación institucional”, en los hechos ésta será materialmente imposible.

La razón es muy sencilla y se explica en dos vías: una, el encargado de dicha relación, por el bedollismo, es el secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña, pero él se encuentra moralmente imposibilitado para mantener ningún trato con el alcalde Alfonso Martínez, luego de que permitió la guerra, no sucia, sino deleznable que en la reciente campaña electoral se diseñara contra el edil. Supongo que el de Paracho no la diseñó, pero al menos sí la autorizó.

La “creación” fue producto de los genios que Bedolla tiene en su área de Comunicación Social y que ilegalmente desviaron recursos en apoyo a la campaña de Torres Piña. Huelga recordar la ruindad y bajeza con que la pareja de “estrategas” de comunicación, produjo una campaña de alcantarillas contra el candidato Alfonso Martínez, difundida a través de medios virtuales creados ex profeso de la noche a la mañana, y que aunque resultaron un fraude no han dejado de cobrar cientos de miles de pesos cada mes, dinero que va directamente a un solo bolsillo, porque los supuestos propietarios de dichos medios, en realidad son vulgares presta nombres.

Y la segunda razón que hará inviable cualquier relación del gobierno estatal con el capitalino, es porque el primero ha decidido aplicar la ley del hielo en todos sentidos al segundo, en aras de arrinconarlo mediática, política y financieramente, de cara al 2027.

La “estrategia” va desde restringir cuanto presupuesto pueda el gobierno al ayuntamiento y no convenir con éste ninguna acción ni programa conjunto, hasta la indicación de Casa de Gobierno a la bancada legislativa de la 4T, de congelar cuanta iniciativa o autorización llegue a enviar el alcalde, del tema que sea, así como hurgarle y, si se precisa, inventarle cargos de “malos” manejos de dinero.

Contempla también una ridiculez que dibuja a quien ideó dicha “estrategia”: está prohibido para cualquier funcionario de gobierno y en general de la 4T, mencionar por su nombre a Alfonso Martínez, para no contribuir a posicionarlo a nivel estatal. Que la marca registrada “Poncho”, no trascienda las fronteras morelianas. Menuda imbecilidad.

A todo ello, cierto, seguro responderá con su propio plan el alcalde, que manco y mudo tampoco está.

Como se ve, pues, es imposible una relación ni institucional ni de ninguna índole entre ambos niveles de gobierno, lo que llevará a un choque de trenes cuya factura pagaremos los morelianos. Todo, con tal de frenar a “Poncho” en la carrera por el 27. Si no, al tiempo.

Y a la pesadilla, a la actual, ya solo le quedan 89 días.

X@jaimelopezmtz

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