La mejor política es hacer creer a los hombres que son libres
Napoleón (1769-1821) Militar francés
Por fin, el gobierno ha tomado con seriedad el gravísimo riesgo que significa transitar por la bien llamada autopista de la muerte, la Siglo 21, que une a Pátzcuaro con Lázaro Cárdenas. Este lunes, el gobernador Ramírez Bedolla ha anunciado un operativo para tratar de disminuir los riesgos, con medidas que van desde la verificación de las condiciones de salud de los conductores, sobre todo de camiones y tráiler, hasta el monitoreo de la velocidad a la que se transita, pasando por el patrullaje permanente en la rúa. También, el mejoramiento de la señalización, entre algunas medidas más.
Podrá aducirse que siempre serán insuficientes, pero debe reconocerse que es la primera ocasión en que un gobierno se toma en serio la implementación de medidas concretas, frente al problema de inseguridad que representa una de las carreteras más peligrosas del país.
Es de esperarse que el gobierno estatal pueda llevar a cabo todas esas acciones con decisión, sin flexibilidad de ningún tipo. Empero, a la par Ramírez Bedolla haría bien en encabezar las gestiones ante el gobierno federal para que a su vez negocie con Infra, la empresa concesionaria de la autopista, para que invierta lo necesario para ampliar el ancho de la vía y que ésta se vuelva de dos carriles más acotamiento en cada sentido, y camellón en medio en todos los tramos donde sea posible.
Lo que David Peñalosa, dueño de Infra, ha planteado, es que está dispuesto a invertir en dicha ampliación, pero a cambio de lograr una autorización que le amplíe razonablemente el plazo de la concesión, a fin de estar en condiciones de recuperar el recurso y obtener una consecuente utilidad. Planteamiento válido, desde luego. El problema es que hay indicios de que en el gobierno federal no se apoya su postura, sobre todo porque no es de las firmas favoritas del presidente López Obrador.
De ahí que bien haría Ramírez Bedolla en poner a prueba su capacidad de gestión ante un gobierno “amigo”, pero reacio a trabajar con empresarios que no le son aliados en lo político. Todas las medidas anunciadas este lunes por el gobernador para aplicarse en la autopista de la muerte, son necesarias y razonables, pero la más importante de todas, es la ampliación a cuatro carriles. Lo paradójico es que el gobierno –ni el federal ni el estatal-, deberían disponer de un solo peso en esa eventual ampliación, dado que toda la inversión sería privada, bajo el formato de concesión ampliada.
Veremos qué tanto avanza Bedolla en una gestión de ese tipo y qué tanto comienzan a disminuir los índices de accidentes en esa autopista; pero también, qué tanto avanza en lograr la ampliación de la concesión de Infra. Y mientras, pero en otro frente, a la pesadilla todavía le faltan 707 días. twitter@jaimelopezmtz>