La corrupción de las mejores cosas da lugar a lo peor
David Hume (1711-1776) Filósofo escocés
Salvo que una auténtica sorpresa se presente de última hora, Yarabí Ávila González será designada este fin de semana rectora de la Universidad Michoacana.
La Comisión de Rectoría ha llegado al consenso en ese sentido, privilegiando la relación política de Ávila con el gobernador Ramírez Bedolla, lo que, asumen los integrantes de dicho órgano, será benéfico para la Universidad en términos de asegurar cuatro años de respaldo gubernamental.
Bajo esa lógica, parece sensata la decisión que habrían ya tomado los miembros de la referida comisión. No es que si Ávila no es rectora Bedolla vaya a darle la espalda a la institución, pero es evidente que con ella la vinculación sería más viable.
Bedolla ha autorizado partidas presupuestarias extraordinarias para que en 2021 y 2022 la Universidad no enfrente problemas de liquidez para cumplir sus compromisos financieros, sobre todo en el rubro laboral. Por primera ocasión en al menos dos décadas, la Universidad terminó el año sin el Jesús en la boca. También, ha comprometido el respaldo para que la institución sea reconocida como «nacional», proceso que suena bastante complicado pero que, de lograrlo, catapultaría a la nicolaita a las grandes ligas académicas. También, está en puerta una iniciativa que el gobernador enviará en breve, para que se garantice en los presupuestos estatales anuales, un porcentaje fijo para la Universidad, en montos más elevados a los actuales desde luego.
Todas esas medidas, se supone, las intentará materializar Bedolla al margen de quien comience funciones como rector este fin de semana. Empero, siendo pragmáticos, los integrantes de la Comisión de Rectoría entienden que con Ávila González las cosas pueden fluir más ágilmente. Por lo pronto, hasta donde este reportero ha podido confirmar, la decisión está encaminada en ese sentido para el sábado venidero.
Y mientras, a la pesadilla ya sólo le quedan 636 días.
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