Todas las tendencias intelectuales se corrompen cuando se asocian con el poder
Clive James (1939-2019) Periodista australiano
Como en los viejos tiempos, el PRI se ha dado el lujo de organizar su pasarela de los aspirantes a la candidatura presidencial. Como si en realidad tuviera alguna mínima posibilidad de ganar en el 24, el otrora «partidazo» juega al destape de sus propias corcholatas.
Con todo y el descrédito histórico, con todo y tener un impresentable como líder, con todo y sus legisladores que tienen que votar a favor de las iniciativas de la 4T para evitar ir a la cárcel por sus sistemáticas corrupciones, debe decirse que el PRI tiene una alineación de aspirantes mucho más sólida que cualquier otro partido.
El problema para sus aspirantes, es que están en el partido más desacreditado. Figuras con el peso académico y político como Beatriz Paredes o Claudia Ruiz Massieu, resisten cualquier análisis por riguroso que sea. Su problema es que son priistas y como tal, sus posibilidades de ser presidentas de México se reducen a prácticamente nada.
En una analogía, podría decirse que Paredes y Ruiz Massieu son pilotos de Fórmula Uno pero que viajan en un desvencijado vocho.
Pero ambas están conscientes de su realidad, de ahí que en el fondo, su interés radique en ser las candidatas no del PRI, sino de la oposición en su conjunto. Claro, el primer paso es serlo de su partido, pero con la mirada puesta en una alianza oposicionista.
En aras de efectividad, no parece lo ideal que el candidato o la candidata de esa eventual alianza sea alguien de alguno de los partidos que la integre, sino uno apartidista, con perfil netamente ciudadanizado. Empero, si a final de cuentas la decisión es jugar con un candidato de los partidos, es evidente que las dos priístas llevarían mano si de prendas profesionales y solvencia moral habláramos. Acaso solo Lilí Téllez les haría sombra.
Pero mientras son peras o son manzanas, las dos priístas están apuntadas, y vaya que es complicado hacerlo con una camiseta que hiede a corrupción. Ambas parecen mucha candidata para tan poco partido. Pero es lo que hay. Y a la pesadilla todavía le quedan 711 días. twitter@jaimelopezmtz>