La absolución del culpable es la condena del juez:
Publio Siro (85 a. C. -43 a. C.) Escritor romano
Si Silvano Aureoles se hubiera incorporado a las filas morenistas, seguro hoy no sería un prófugo de la justicia. Lo más probable es que fuera legislador federal o incluso parte del gabinete claudista. Y si el exfutbolista de Chivas, Omar Bravo, hubiera mostrado inclinación por la 4T, hoy no estaría en la cárcel acusado de violación.
Casos paradigmáticos de la impunidad morenista, de la premisa que protegerse unos a otros. Hoy por mí, mañana por ti. Aureoles se ha escondido para evitar la cárcel, acusado de desviar dinero público en la construcción y operación de cuarteles policiales durante su gobierno, y es altamente probable que los señalamientos sean fundados, pero Adán Augusto, René Bejarano, Ricardo Monreal, Daniel Ojeda, Andy, Ignacio Ovalle, Manuel Bartlett y un larguísimo etcétera, han sido pillados en multimillonarios actos de corrupción y siguen, como Jonhy Walker, tan campantes. La razón: traen bien puesta la camiseta guinda.
Pero la impunidad morenista abarca incluso al campo del deporte, o al menos de algunas de sus figuras más connotadas. El ex futbolista, pero también ex gobernador y actual diputado federal, Cuauhtémoc Blanco, es acusado por su media hermana de intento de violación y no solo se le da carpetazo a la denuncia, sino que las mujeres diputadas de la 4T, en una escena grotesca y hasta enfermiza, le cobijan en la tribuna de San Lázaro, con el consabido ¡no estás solo, no estás solo! Hoy el ídolo americanista hasta como analista deportivo sigue apareciendo en televisión, sabedor de que es intocable por mantenerse en Morena.
En cambio, el también ex futbolista del Guadalajara, Omar Bravo, es detenido en menos de veinticuatro horas luego de ser acusado por una familiar también de agravio sexual. Por supuesto, si es responsable, ojalá reciba todo el peso de la ley. El punto es que nadie duda que si Bravo hubiera mostrado alguna inclinación por la 4T, jamás pisaría la cárcel. Blanco y Bravo, misma acusación, tratamiento opuesto. A uno, al de casa, total protección. Al otro, ajeno a la casa, todo el peso de la ley.
Así en los tiempos estelares de la 4T: al de casa, justicia y gracia; al ajeno, solo justicia. X@jaimelopezmtz