Vota por aquel que prometa menos; será el que menos te decepcione
Bernard M. Baruch (1870-1965) Financiero norteamericano
Al paso que vamos, Emilio Lozoya terminará no sólo como víctima, sino hasta como héroe y modelo de la “reconversión espiritual” que logra Andrés Manuel López Obrador en los corruptos.
Está claro que la telenovela Loyoza resultará en un negocio redondo para sus dos partes estelares, el propio acusado y su familia, y la 4T. Para los Lozoya, porque ni Emilio ni ninguno de sus familiares que se prestaron a sus movimientos bancarios plagados de corrupción, pisarán la cárcel, todo se reducirá a un simple brazalete, a retirarle sus pasaportes y visas, y a tener que firmar cada quince día ante un juzgado.
Los delitos vinculados con Odebrecht que le imputa la Fiscalía, prescribieron casi todos, y los relacionados con la compra fraudulenta de Pemex de una empresa chatarra se resolverán con el reembolso del dinero. El dinero para financiar la campaña de Enrique Peña Nieto es cosa juzgada, y la compra de votos de legisladores que apoyaron las reformas promovidas por el propio Peña, nunca serán comprobadas como delitos, porque evidentemente nunca hubo un recibo o un contrato firmado con ese fin. En síntesis, ni Lozoya ni ninguno de su clan está en realidad en graves aprietos. Algo de molestias tendrá que afrontar, pero nada de cuidado. Negocio redondo amarrar con la 4T su extradición a México. Y con todo lo que aportará en videos y nombres, así sean sin sustento y ajustándose a lo que le dicten previamente, no es descabellado suponer que saldrá tan bien librado que podrá ser un milagro de regeneración que logra el presidente con su liderazgo moral.
Y para el gobierno cuatroteísta, igual, negocio perfecto: nadie irá a la cárcel, pero el discurso de la lucha contra la corrupción se restregará día con día durante todo el tiempo que dure la novela, y mucho después, dado que debe alcanzar hasta julio del próximo año, mes de elecciones.
El caso Lozoya es un prototipo del desaseo jurídico, de la aberración legal, pero eso es lo que menos importa. ¿Quién dijo que eso era relevante, si puede ser factor decisivo en las elecciones del 21? Es peccata minuta. Si no, al tiempo. twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com
