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miércoles, mayo 14, 2025

PUEBLO BUENO Y SABIO

jaimelopezNingún hombre es lo suficientemente bueno como para gobernar a otro sin su consentimiento

Abraham Lincoln (1809-1865) Presidente de Estados Unidos

 

Para Andrés Manuel López Obrador el pueblo, el pueblo mexicano al menos, “es bueno y sabio”. Así lo calificó recientemente, para justificar por qué su gobierno le pedía opinión a la ciudadanía respecto de un tema tan complejo como el de la construcción del nuevo aeropuerto en el Valle de México. Como esa consulta era, ya sabemos, una payasada, el presidente tenía que darle un toque de democracia a una decisión autoritaria. En su lógica, el pueblo es bueno, porque no obra de mala fe, y sabio, porque toma decisiones con conocimiento de causa.

La tragedia de Tlahuelilpan, Hidalgo, corrobora, por si a alguien aún le quedaran dudas, que el pueblo ni es tan bueno ni menos sabio como el discurso presidencial quiere dibujar. Bueno no puede ser, porque con dolo y toda intención cientos de habitantes de dicho municipio robaban gasolina sin pudor ni tapujo alguno. Y sabio menos, porque jugar a la ruleta rusa es lo más absurdo que hay, y lo que hacían los habitantes del lugar era justo eso.

Lo hacían por ingenuidad, quiso matizar este domingo el propio López Obrador. ¿Por fin?, ¿el pueblo es sabio o ingenuo? Las dos cosas simultáneas son imposibles.

Tlahuelilpan, no por la tragedia del viernes, sino por su historia, pinta de cuerpo entero a los mexicanos: el pueblo acostumbrado al robo y la rapiña, a no respetar ley alguna, a la corrupción, al desacato a las instrucciones de la autoridad, en ese caso policiaca y militar, al agandalle y a la frivolidad.

Entiendo que lo políticamente correcto es en este momento sentir conmiseración por el pueblo, por sus ochenta muertos y otros tantos heridos graves. Y sí, claro que se siente, pero eso no obsta para tratar de explicar fríamente, objetivamente, el contexto de la tragedia.

Ella, la tragedia, no es una causa de nada, es sólo el resultado obvio y lógico de la suma de esas “virtudes” del mexicano encarnadas en la conducta de la gente de Tlahuelilpan. Saben que es delito perforar pozos de Pemex, y sin recato alguno lo hacen, lo han hecho por décadas; saben que es delito robar el combustible, pero igual sin rubor lo hacen, se toman fotos, chacotean, hacen bromas: lo que están haciendo es un simple juego, una simple ingenuidad, diría el presidente; saben que al jugar con gasolina en cualquier momento pueden perder la vida, y sin embargo retan a la lógica.

Y hoy, en el colmo del cinismo, también muy a la mexicana, familiares de muertos y heridos están demandando que el gobierno les indemnice. Gandallismo puro.

Repito, sé que estas líneas no van en el sentido políticamente correcto, pero ya es hora de que en México se hable sin eufemismos, sin poses y sin demagogia. Ese tipo de tragedias pueden pasar en cualquier parte, sin duda, pero con mucha mayor posibilidad en países con pobladores y gobiernos corruptos, que no respetan leyes, que no respetan a nadie, que no conocen límites y que arrebatan si no tienen lo que se proponen. El riesgo se acentúa, pues, en países con pueblos “buenos y sabios”. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>

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