La educación no es preparación para la vida; la educación es la vida en sí misma
John Dewey (1859-1952) Filósofo norteamericano
¿Qué significa pronto?, pues lo que cada quien quiera que signifique; es como el legendario vaso de El Heraldo, que uno lo veía medio vacío y otro medio lleno.
El presidente López Obrador contestó así, “pronto”, cuando reporteros le cuestionaron este domingo en Buena Vista cuándo se daría la federalización de la educación michoacana.
¿Y ese “pronto” es algo que debemos tomar positiva o pesimistamente? La duda se la debe estar planteando sobre todo el gobernador Silvano Aureoles, que tiene las veladoras prendidas para que el proceso se dé a la brevedad, a fin de contar con una bocanada de oxígeno para las alicaídas finanzas michoacanas.
Hace tres meses, López Obrador había asegurado, en su anterior gira por la entidad, que sí aceptaba la federalización educativa, pero no dijo cuándo. Ahora sigue sin precisarlo, pero ya soltó un “pronto”. El problema es qué debe entenderse por el término. “Pronto” puede ser un mes o pueden ser dos o cinco años.
Si lo queremos ver positivamente, diremos que decir “pronto” es mejor a no decir nada, como la vez anterior. En sentido contrario, si alguien lo quiere ver con pesimismo, pues ese “pronto” en realidad contiene la misma indefinición que no decir nada, porque siempre habrá la posibilidad de salir por la tangente y justificar cualquier tardanza, así sea de años, porque “pronto” es uno de los términos más subjetivos que hay.
En realidad, López Obrador utilizó ese concepto sólo para salir del paso con los reporteros. No puede decir que no a la federalización, porque hace unos meses ya la había aceptado, pero tampoco ve necesario comprometer una fecha, dado que claramente goza con las penurias financieras que pasa su histórico adversario político, Silvano Aureoles.
Éste tenía esperanzas de que en su visita de fin de semana a Michoacán, el presidente concretizara sobre el multicitado proceso de federalización educativa, pero se quedó, como nos quedamos todos, exactamente igual. Ahora que siendo francos tampoco nadie puede llamarse a sorpresa: es López Obrador, es la demagogia, el populismo y ahora la indefinición intencional y dolosa, en todo su magno esplendor.
Reitero mi apuesta pública: la federalización se dará hasta 2021; de aquí a allá, la Secretaría de Educación Pública podrá irse llevando doscientos, cuatrocientos maestros estatales a la nómina federal, cada determinado tiempo, sólo para irle tapando el ojo al macho. En 2021, año de elecciones por la gubernatura, se dará en sí dicho proceso que contempla más de 32 mil plazas. Si no, al tiempo. Ah, y la apuesta es doble contra sencillo.