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jueves, julio 17, 2025

¿QUÉ HACER CON LA AUTOPISTA DE LA MUERTE?

Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas se ha inyectado el veneno del miedo…de miedo al cambio

Octavio Paz (1914-1998) Poeta mexicano

 

jaimelopezSuele cargársele a la empresa constructora y concesionaria de la autopista de la muerte, la Siglo 21 que conecta a Pátzcuaro con Lázaro Cárdenas, la responsabilidad por el trazo, el tipo de obra y, por ende, de los accidentes, casi todos trágicos, que suceden cotidianamente en ella.

En realidad, la principal responsabilidad de Pinfra, la empresa concesionaria propiedad de David Peñalosa y su familia, ha sido la falta de mantenimiento oportuno y de calidad en la carretera. Es un factor importante, sin duda, pero no clave a la hora de analizar las razones de que sea denominada, y con justa razón, la autopista de la muerte.

Esto tiene que ver con el trazado de la vía, no de dos ni de cuatro carriles, sino de uno y medio en cada sentido, sin camellón que los divida. Y el trazado fue proyectado por el gobierno federal, Pinfra se concretó a ejecutarlo, se ajustó a construir carril y medio en cada sentido porque así lo demandó el gobierno.

La mayor parte de los accidentes ocurren por ese trazado y por la velocidad inmoderada a la que circulan sobre todo los tráiler, amén de las condiciones de salud de sus conductores, no pocas veces bajo los efectos de alguna droga.

Y en ello, la responsabilidad recae no en la concesionaria, sino en el propio gobierno, que no ha sido capaz nunca de implementar operativos policiacos eficaces para vigilar que se cumplan límites de velocidad y para corroborar el estado de salud de los conductores y el mecánico de sus unidades.

El gobernador Ramírez Bedolla ha sido insistente en que debe ampliarse a cuatro carriles la vía. Es una obligación que así sea. Para hacerlo, el gobierno federal debe renegociar con Pinfra los términos de la concesión. La empresa ha dicho que está dispuesta a invertir lo requerido para dicha ampliación, pero para ello debe ampliársele el plazo de la concesión. Es razonable.

El problema puede presentarse con el gobierno cuatroteísta: Peñaloza es considerado por el presidente López Obrador uno de sus enemigos, uno de los empresarios “corruptos” que solo buscan su desestabilización.

Por increíble que parezca, la demanda de Bedolla y de miles de usuarios de la autopista de la muerte, puede toparse con pared no por factores técnicos ni económicos, sino políticos. Si por el escritorio presidencial pasa el tema, muy probablemente se archivará. Nunca el bienestar de los mexicanos ha sido una prioridad para López Obrador. Cobrar venganzas políticas, sí. Veremos. Y a la pesadilla todavía la quedan 743 días.

twitter@jaimelopezmtz

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