No se puede matar la verdad, ni se puede matar la justicia:
Jean Dominique (1951-1997) Activista haitiano
“Si me dejan terminar el sexenio, el salario mínimo aumentará en 2030”.
En teoría, Claudia Sheinbaum se refería este domingo en Toluca a que en 2027 se someterá al proceso de revocación de mandato.
Y sí, por ley a la mitad del sexenio la presidenta puede someterse a una elección para que los votantes decidan si sigue o no en el cargo. Llama la atención que Sheinbaum machaque frecuentemente con el tema. Primero, la consulta no es obligatoria, sino solo que un porcentaje del padrón electoral la solicite. ¿Para qué anticiparse a un evento que puede o no presentarse?
Y en el supuesto de que sí lo organice el INE, la presidenta sabe que no corre ningún riesgo, porque al propio INE como al TRIFE los tiene en la bolsa, están domesticados, jamás se atreverían a dar por válida una elección en la que eventualmente la mayor parte de los votantes pidieran que ya no continuara al frente del gobierno. Las elecciones del acordeón de junio de este año sirvieron de “entrenamiento” a la 4T y a los propios organismos electorales, alguna vez autónomos, para pulir detalles y garantizar que un posible ejercicio de revocación se dé en los términos que garanticen el resultado esperado.
Luego entonces, parece ocioso que Sheinbaum no quite el dedo del renglón con el asunto. ¿O está enviando desde ahora una señal de que “algo” no anda bien y que al margen de la revocación, pueda no concluir su mandato? Solo ella lo sabe, pero su insistencia en el tema no hace sino generar incertidumbre en un escenario que lo último que requiere es justamente zozobra e inestabilidad.
¿Qué fuerzas podrían incidir en una eventualidad de ese tipo? Claramente la ciudadanía no, ni aun si votara aplastantemente en su contra en el 27. De la “oposición” ni hablemos, no hay, no existe. En cambio, factores como López Obrador, Estados Unidos, las fuerzas armadas o los cárteles de la criminalidad, sí tienen el poderío para evitar que Sheinbaum concluya su mandato. ¿Pasa por su mente cualquiera de esos elementos cuando reitera “si me dejan llegar”?
En todo caso, no abona en lo más mínimo esa advertencia suya sobre su futuro, a mejorar el clima de por sí crispado, enrarecido, enturbiado, a punto de resquebrajarse, propiciado por la 4T. El ambiente en el país se corta con una navaja, y ese machacar de la presidenta con el tema de la revocación, solo produce una cosa: debilidad institucional. X@jaimelopezmtz
