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sábado, agosto 2, 2025

¿QUÉ SIGUE PARA LA PRENSA?

Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco

Jaime Perich (1941-1995) Escritor español

 

jaimelopezEs una vergüenza que periodistas mexicanos tengan que huir del país en busca de seguridad, una seguridad que aquí se les escamotea. Finalmente, Juan de Dios García Davish y su pareja y colega María de Jesús Peters, se encuentran ya en otra parte del mundo.

Apenas la semana pasada en este espacio habíamos alertado sobre el inminente riesgo de que García Davish tuviera que abandonar México, en razón de las múltiples y serias amenazas de muerte que había recibido. Él dirige, o dirigía, el portal noticioso Quadratín de Chiapas, además de ser corresponsal de varios medios nacionales e internacionales. Su esposa también es periodista, la representante del diario El Universal en ese estado. Tras las amenazas en contra de ambos, el estado mexicano fue incapaz de brindarles protocolos mínimos que garantizaran que su vida no estaba en riesgo, y optaron por lo sensato: emigrar a otro país.

Amén de lamentable es vergonzoso que ello suceda en el país. Y lo peor, que no le merezca al presidente López Obrador un minuto de sus tres horas de mañanera. El presidente ni por enterado, y si sabe del penoso evento, muestra indiferencia hacia el mismo.

Ese es el problema: la indiferencia gubernamental. Está claro que México se sigue convirtiendo en un país inhabitable, inviable para ejercer el periodismo. El presidente insiste que su gobierno no amenaza ni mata periodistas. Pero sí lo hacen los integrantes del crimen organizado, ante la inacción gubernamental, en la más completa impunidad.

Uno de los más importante rasgos de un estado fallido, es que sus periodistas no puedan ejercer con libertad su actividad. Y para ese efecto, da exactamente igual si quien lo impide es el gobierno o son los poderes fácticos civiles. A fin de cuentas, se cumple el objetivo: si una prensa libre no hay transparencia, no hay rendición de cuentas, no hay crítica, no hay democracia en pocas palabras. México está a un paso de caer en ese precipicio.

Que cualquier ciudadano tenga que abandonar su país de manera forzada, es lamentable. Que lo tenga que hacer un periodista es también lamentable, pero además preocupante para la democracia.

García Davish y su pareja tomaron la decisión más difícil, pero también la más sensata. Un mazazo más en la línea de flotación de la 4T. ¿Qué sigue?

twitter@jaimelopezmtz

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